viernes, 10 de agosto de 2012

Lepus

Te veo navegando agua arriba por un río, en poco convincentes aguas claras. Te veo aceptando cada salpicadura dolorosamente y veo a cada palada llevarse toda la magia que la energía quiso poner en tus venas y en tu electricidad tan intensa.
Albergo tal vez la esperanza de que, como el Capitán, saltes del bondi para volar... para ser amo del aire. Como buen conejo, te veo olfateando pequeñas bocanadas de aire que viene del futuro, con presagios que susurran que debes apreciar la yerba que crece tan verde hoy. Pero la perfección reside mucho más adelante. Tanto, que se disipa el camino, y pierde hasta el más astuto en enredos construidos por fracciones de tiempo, por días, por ciclos, por pura expectativa. 
De todo, parece haberse dado más importancia a la lluvia de "por qués" que llena un mar donde se ahoga el frustrado, el envidioso, el solidario y el amable. Un mar donde se ahoga el espíritu.
Pero vos, que realmente te preocupa volar, vivís atormentado de un "qué"... para dirección, para motivación, para causa.
Dudás, pero en el fondo sabés que el "por qué" no sirve para encontrar sentido a las cosas, sino para dejarnos tranquilos. Un justo y auténtico "qué" por el contrario, una pregunta que nunca estuvo en nosotros, una respuesta que parecemos no entender, puede hacer correr el río hacia arriba.