domingo, 7 de enero de 2024

Pneuma

"No he sido libre. He visto quienes encuentran la libertad en lo diminuto y cotidiano y yo, en búsqueda de lo sublime, de lo elevado y trascendental, he de alguna forma extraviado el sentido"


La intimidad de los susurros negros del alma no le ha dado tregua esta noche. Ha huido del cariño y del amor para encerrarse entre cuatro paredes, en medio de la nada. Solo llora y convulsiona una angustia que no puede decir, que no puede nombrar. 
Se mantiene despierto, con los ojos acartonados y doloridos. No logra siquiera comenzar a comprender. Piensa en que detesta la indignidad, el morbo y el hedor de todas las personas. Piensa y no logra entender por qué lo lastiman risas y chistes de almas resentidas y resignadas a una realidad de mierda.
Sabe haber encontrado el amor en un extraño cúmulo de paz, suavidad y templanza. Sabe que por una vez, todo encaja para su maniática mente, revuelta materia gris que magnifica píxeles hasta hacerlos tapar el sol.
Sabe de objetividades y, aun así, se lascera con eventualidades, hipótesis, fantasías y supersticiones. Sabe de evidencia, y muere todos los días un poco en la horca de su imaginación. 
Tiene todos sus anhelos frente a sí, y teme. La altura es enorme y la caída larga. Las cosas son simples y el convive para darles un sentido tan complejo, tan espeso, que es imposible nadar, es imposible respirar hasta el final.

martes, 28 de noviembre de 2023

Tormento

¿Qué tiene un nombre? Lo que llamamos rosa olería tan fragante con cualquier otro nombre.
W.S.


Danza de muertos y visceras de la verdad. Todo lo que me consume, todo lo que encuentro a cada paso no es más que la evidencia de la soledad, interminable en la sórdida sonrisa de las palabras.
Siento tu mano queriendo sacarme y, sin embargo, caigo en el canto de sirenas, en la ira, en la oscuridad de todo lo que no siento merecer.
Atravieso valles hostiles y crueles sin dejar rastro de mis miedos, ocultando miserias indecibles. Siento el olor de tu cabello en el horizonte, al que cada vez me cuesta más llegar.
Las premoniciones horrorosas no dejan de lacerarme la espalda, no dejan que crezca toda esa semilla de dulzura que has plantado y que a diario cuidas con tus manos, las mas suaves manos que la dulzura misma pudiera nunca imaginar.
Te quiero de la forma más humana posible, con todo esto que late, con todo eso que respiro, con todo este caos, que es lo unico que puedo ofrecer.
A estas alturas, la noche ya no tiene ninguna respuesta y mis ojos no encuentran foco en nada. A estas alturas solo quisiera ser capaz de simplemente amar.
Las esporas venenosas del aire son insoportables, mas nada puedo hacer. Siento que nada importa salvo el sonido de nuestra canción. Siento que no hay otros ojos más que los tuyos y, aun asi, no puedo hablar con la verdad.
El escándalo que supone lo perfecto y la tristeza, lo elevado y el rencor, la luz y la psicosis. No hay buen aliado para el que sufre, ni hay consuelo para el que está perdido. Solo desorden, hilado por causas y efectos. 
Esperaré que la mañana de domingo no termine por asfixiar mi corazón, esperaré que tengas piedad de mi.

jueves, 2 de febrero de 2023

Sacré Coeur

 La belleza es, antes que nada, avasallante.

Sos una idea de los 15 o 16. Sos una flor que siempre sonríe al sol. Estamos vivos y eso embellece el dolor y da sosiego al alma. Refugio de ojos grandes, de inesperadas conversaciones y cálidas notas. Fuero del espíritu que a veces olvido, pero que siempre está, susurrando como el viento en las hojas de los altos arboles, entre senderos y ramas.

La intuición de ángeles asesinos y humos negros mientras todo se desmorona, mientras la voluntad se quiebra. Recurro al brillo prístino de una voz con la dulzura de los azahares que llega como rocío en la mañana de primavera. Para hablar de nada en especial.

Caigo, y por algún motivo siento que vuelvo a empezar con tu mano muy cerca, con tu voz muy suave.

domingo, 24 de julio de 2022

Unsolved

 …still a man hears what he wants to hear and disregards the rest.

Simon & Garfunkel

Todas las formas de hacerte reír mientras sostengo los momentos para mostrarte mis huellas en la luna, prometiendo cosas con mi mejor cara de suertudo. Todas las ganas y la visión, los efectos y el sol que sale mañana y que ya vimos ayer. Todo el eco de mis plegarias cobardes… límites que se definen al enunciar límites.

La escena detrás de la escena. Perversos beben sangre e indignos comen mierda en la mesa de un discurso de rarezas, todos ofendidos a altas horas de la noche. Discuten la revolución de pico, la revolución idiota. Se sienten autorizados a pensar imágenes, sus imágenes. Se sienten autorizados a reinventar el mundo mientras la rueda te aplasta con un dibujo bien pragmático.

Se preguntan, se responden. Me preguntan y empiezo a sospechar que realmente soy un adicto, sin coraje para asumir mis bueyes y mi arado. La insignificancia y el asco producen cierto sentimiento con olor a oxímoron, con una especie de “me importa poco todo esto que tanto me repugna”. Ahí llego a la calle sin salida, y creo, quizás sea falta de carácter.

¡Qué secuencias! Y aún así, ¡qué vacío! Es infructuoso el juego de querer interpretar el propio significado y, aun así, denostaré al que no lo intente. Vicios de nenes burgueses, con problemas de nenes burgueses. La tormenta es oscura, y qué hago yo con este regalo, qué hago con la energía que explota todos los días y, sobre todo, dónde está la reglita para medir.

domingo, 30 de mayo de 2021

Majestad

“You have no enemies, you say? Alas, my friend, the boast is poor. He who has mingled in the fray of duty that the brave endure, must have made foes. If you have none, small is the work that you have done. You’ve hit no traitor on the hip. You’ve dashed no cup from perjured lip. You’ve never turned the wrong to right. You’ve been a coward in the fight.”

C.M.

Busca sin consuelo en la espesura del bosque gris, que aumenta entre susurros de viento implacable, alguna respuesta a esta pesada agitación del alma. Déspota de decisión y voluntad, trepidando en la cima de la montaña, pues todo lo basto, todo lo alto, todo lo justo solo viene a engendrar la duda.

No hay relatividad entre el bien y el mal, pues sus reglas son las mismas. No hay océano del hombre que no esté habitado por la mezquindad, incluso aquella de los que dan.

Huye despavorido todo rastro de luz en la mirada del caudillo justo después de divisar la hacienda que administra. Sus barros, que todo  lo ensucian, interpelan al atónito testigo sobre la bondad de sus buenas obras.

Iracundo en la calma, templado en la tormenta, a contrapelo del tiempo va mirando el horizonte y anhela extraviar sus dudas. Recorre una y otra vez sus pasos… recuerda otras tantas sus palabras, mientras entiende el verdadero peso de un mandoble.

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Epílogo

 -Ella no existe simplemente, ella titila- 

-¿Ella titila?- 

-Sí, y si usted querido amigo y mandatario desea verlo, debe mirar ligeramente hacia un costado, como cuando quiere detectar una pequeña estrella en el cielo-

Diálogo entre una polilla y su recadero.

No dejó de amarla. Se alejó como se aleja la mano que deja el escabio sobre la mesa cuando ya la última estuvo de más. Ella lo miró arrabalera, superada, más allá. Tono chillón de por medio comprobó una o dos veces si podía subirse nuevamente al juego. Silencio... sonrisas, amor y silencio. Nunca permitió que él supiera de su desconcierto, pero así fue y así él lo supo. Nadie habia mirado tan de cerca sus faroles que sueñan y piensan como máquinas a todo vapor, en todo momento. 
No quiso lastimarlo ni por un segundo, él simplemente fue una sombra, un espejismo vehemente que insistió en existir aun en la maraña de tormentos que eclipsaban los días. 
Todavía hay perfume en sus ojos. Todavía hay ruegos en sueños. Algunas mañanas tienen intenciones de nevadas y paz para las bestias que habitan su mente, esperanzas de huida de los días que anestesian la belleza que solo él vio tan de cerca.

sábado, 21 de marzo de 2020

Get to create.

“Hay palabras que tienen sombra de árbol, otras que tienen atmósfera de astros. Hay vocablos que tienen fuego de rayos, y que incendian donde caen”
Altazor – Vicente Huidobro


Antes lo distinguía a lo lejos. Estaba equivocado. Doce de las mañanas que me trajeron aquí se han apagado. Todas ellas murmuran en silencio, con días azules y noches suaves. Deambula el pensamiento que irrumpe, que sueña: ¡El vozarrón caerá con nueva sabiduría, mañana! Solo dirá Hermes que no acotes cada día tu universo, con horas vanas, con flagelos estúpidos, con causas horrendas.
Todos corren, todos ordenan. Con estrepitosa saña. El desprecio quizás sea mutuo. Anticuerpos, espías. ¡Qué torpes! Caminando sin señalarnos, pensando que no hay cambio. ¿Qué estereotipo de mediocridad se vacuna con preguntas, dudas, disposición intransigente a corregir el rumbo? No hay. Ahí radica tu peligro. Ahí radica tu heraldo.
Rojos, blancos y negros bajan todos juntos desde mis venas. Caen en cascada hacia el suelo, soñando sublimar contra el aire. La espera de los días es eterna, la espesura de las hojas tu olor. La semilla de tu encanto viaja y siembra. Sola sobre todo mantel.
La soledad me habla, sin aliento y cuando oscuro. Tanto silencio hasta la médula que puedo oír cómo suena mi cuerpo. -¡Ah!- susurra… -puedes olvidarme todo lo que quieras-. Verdades tácitas. Teoría de lo dado por sentado. Ven, pon tu mano sobre mi mano. Vamos a verlo todo.


sábado, 31 de agosto de 2019

De hoy en ocho días.


Hay una mancha que recorre la pared, me mira y se sonroja en toda su impunidad de evento incorrecto. Abstracta y provocadora me recuerda la fanfarria que precede al hechizo idealista, a las quimeras más enfáticas y a las más desopilantes ideas, tan ciertas ellas como la sed de los unicornios.
En el final, el olvido es inevitable. Se conjuran la desaparición de las neuronas con las ansias incendiarias de cada nuevo Prometeo, que se jactará de la originalidad de sus transgresiones, que predicará sus justicias con éxodos por las autopistas de los reyes.
Versiones interminables de mis pasos, que se abren a cada momento, que caminan desde otras voces. Susurra moribundo mi blasón, ensimismado desde hace ya tanto tiempo que no logra recordar cuestionarse, no logra cambiar y así saberse vivo. Recrudece en su impericia, respira cóleras mundanas y dialécticas intrascendentes para mantener vista en algo y bebe de vez en cuando.
La espesura del horizonte, la promesa de tiernos prados. El agobiante dilema de la mano que sostenga dueña el golpe, en el puñetazo preciso, en la alineación de los sucesos, en el estruendoso esplendor de los momentos.

lunes, 15 de abril de 2019

Rohan


“Ah, ah, soy Altazor, el gran poeta, sin caballo que coma alpiste, ni caliente su garganta con claro de luna, sino con mi pequeño paracaídas como un quitasol sobre los planetas. De cada gota de sudor de mi frente hice nacer astros, que os dejo la tarea de bautizar como a botellas de vino. Lo veo todo, tengo mi cerebro forjado en lenguas de profeta”.

Altazor – Vicente Huidobro

A todo esto se ha reducido mi grandeza. Tratar de estar despierto y recordar mi nombre. Escaparate que dice libertad, viejo mostrador de terceras o cuartas generaciones vendiendo bulones. Moho. ¿Será que en realidad esperaré al último segundo para realmente entender algo? Como me aprieta el aire, como me ahoga el sol.
Verás, amigo mio, mi soledad es enorme, pues he perdido la habilidad de veros como personas, he atrofiado mi alma y ya no la veo reflejada en ustedes.
Siempre creí ser heraldo de mi mismo. Y ni siquiera yo tener la fuerza para detenerme. Pero la mañana, que horada mi voluntad, me trae con los pies cansados. Me aploma y extingue día tras día como al Rey de Rohan.

martes, 2 de abril de 2019

Exagium Njala


De sus muchas tácticas, la geomancia siempre fue la preferida. Estruendosos gestos de premonición, caminos que se bifurcan y marcan la interminable ansiedad, acechan desde lo extraño, desde lo que siempre descartó y ya nunca querrá mirar de frente.
Todo puede pasar, todo puede ser y aun así no encontramos los sigilos de la tierra, que pacientemente nos espera. ¿Quiénes son los hijos de este suelo sino aquellos que así sienten? Esas leves revelaciones sirenas, que me dicen que todo son enfoques, que la luz son mis ojos y el viento mi pelo, y lo bello mi alma y el mal mi propia oscuridad, se quedan atónitas frente al amor, que existe sin que nadie sugiera nada.
Disparos allá a lo lejos, en la ruta del desierto, que relata una eternidad en línea recta y anuncia prisas pendulares a lo lejos, con electricidad en el cielo. La lluvia no es tan potente y el sol no quema tanto como para hacerme descender. Los anhelos se han pegado como escamas, la espera ya no es tensa y las ideas ahora existen más allá de mis manos.
La escrupulosa suavidad de la mañana en soledad resulta reveladora y no me cae en gracia. El designio de poder hacer, el cansancio, la transparencia, el apartheid a lo bello, la muerte de lo distinto, el plagio en cada una de mis ideas rehenes del papel, el delirio que tienen todos en la cabeza.
Hay molinos detrás y hay molinos delante. Exactamente los mismos. La quijotada es ridícula si la relatividad terrenal entre el bien y el mal aplica a ambas identidad de reglas, si la vara es flexible, si la víctima es terroríficamente un monstruo reivindicado, si el asesino lo es en toda su carencia achacable a mí mismo.

martes, 12 de febrero de 2019

Ocultatio nominis.


Un ave de vuelo rasante estropeó la calma de la tarde. El sol tersaba el aire, y fue trocado por la ambición de los ladridos nocturnos que hoy llegan a mi habitación.
La muerte que se abrió paso, la muerte que dejé pasar y la muerte que  me espera se han sentado en la mesa de mis días. Se han juramentado y ahora sonríen y beben, en nórdico júbilo, quién sabrá nunca por qué.
No te diré mi nombre y no me contarás tu hazaña, pues no tiene importancia lo que queda de lo sido.
Veremos juntos cuanto hay que predicar del hoy y del mañana, con el solo consuelo de la historia, maleable hembra sirena, que me delatará… que acabará por terminar conmigo.
La poesía, la novela, no serán bienvenidas en las risas y lágrimas de la habitación oculta, pues sufrirán el destino de los paganos, el destino de los no-pueblo.
Venga la música mi amigo, solo para vos y para mí, solo por un momento, a hablarnos de hermosas mujeres y húmedas tierras.
Sea absoluto nuestro ser y anhelos. Séalo siempre así, so pena de eternizar a los idiotas que relativizan la luz de la razón, de la dicha y del alma.
La esperanza del fuego, la alegría del aire y la vida del agua nos llaman. Vas a quedarte sin mí; voy a quedarme solo. Al final cumpliré con las cinco condiciones del pájaro, sin dichos de luz, sin dichos de amor.
Veré las hojas caer sin poder conectar. Mientras todos se hacen uno y el mismo, correré en todas direcciones a la vez, escapando lentamente de mí.
No doblegarán mi alma y no cambiarán mi espíritu, pues me siento en casa al sostener la voz que empuña la justicia en los diminutos instantes de la vida.
Preciso en los segundos y minutos, letal en los años, reiré de nosotros… el daño nunca fue tan grave, el casco estará intacto.
Reflejarán sus palabras desde los muros, ecos de la habitación del azar cuyos vertiginosos bríos de sal serán hallados heridos y sin mañanas. Solo entonces, mi amigo, escribiremos las cartas apologéticas que jamás habrán de ser nombradas.

sábado, 2 de junio de 2018

Publicatio sui


Porque estar con ella era apretar el sol con una mano, como si no costara. Como si se entregara a deberse segundo a segundo y completamente a una narración. Como si el tiempo de finales y comienzos no fuera a terminarse. Como si antes y después no fuera una bisagra, sino la más ridícula evocación de las hilarantes perogrulladas.
Porque cuando sube el miedo y más fuerte hay que pegar, más extraña sentirse en casa como si nada hubiera sucedido… no hay donde correr y respira profundo, profundo casi hasta ahogarse. Porque entre verdad y amor debe haber una extraña relación, un engendro que conecte los refugios, que nos haga entender que no somos más que cosas, no somos más que tiempo.
Ha sido tan largo el viaje. Ha sido tan extenuante la jornada. Ha girado tanto alrededor que ya parece no tener hogar, parece estar de pasada en todos lados. Se calma, habla y su voz lo trae de vuelta a ella. Y quiere agarrala como al sol, con una mano. Y la quiere decir, en verdad siente pulsión por decirla. Y ella camina desorientada, diciendo que no todo lo mensurable ha de ser medido.
Recuerda que ese tiempo festejó a la casualidad y a la voluntad. Se levanta y camina mirando al frente, casi sin reconocer la calle y sus baldosas mas aún así espeta curioso el horizonte, pues Hermes le ha susurrado que como es abajo es arriba. Es un día más azul que de costumbre: no midas, no nombres, no te atrevas, repito.
Ya nada parece salir de la carne, ya mucho más el aroma a la tierra viene a buscarlo. El viaje está vacío, está en silencio, está muerto en vanidad. Viene el sol bajando, silbando bajito, que ni él fue tan sabio como para dar un buen consejo. ¿Y qué reclamos tiene? ¿Gusta tomar lo mío? Pues ha atomizado alma y cuerpo, ha puesto en peligro su esencia.
Es tiempo salvaje, de salvajes que subvierten la silenciosa violencia opresora de la relatividad. Círculo sobre círculo de oscuridad vacía, cayendo horas y horas desde el mismo piso.
Da la vuelta y escribe, cuéntales pronto a todos que alguna vez te tomé como al sol con una mano. Solo así no morirá la verdad.

sábado, 21 de abril de 2018

Noche de reyes


“Pienso ahora, en estos últimos instantes, que la mujer amada tiene algo que hemos pintado nosotros…”
Alejandro Dolina.

Trasciende la lógica y toca las esencias, que antes de obrar hemos sido, antes de hablar hemos sido, antes de ver hemos sido y no hay discusión al respecto. La falacia del amor muere oculta y me deja un cadáver que me mira cada vez que recuerdo tus piernas, tu pelo y tu risa. Cada una de tus nasales consonantes rechinando en el entrepiso, guardando mañanas que no fueron, nevadas que no fueron, besos que no fueron.
Como una estrella negra, ella escapó haciéndome huir, pues ofrece una lanza incandescente que atraviesa el corazón y duerme allí, sin ánimos de enfriar el más mínimo grado. Temo a veces despertar y saber lo que hoy sé: que todo he sido yo, que nada ha tocado su ser y que se guarda rápidamente en un día de lluvia cuando la aventura culminó.
Es dama de la bruma, y por ello recuerdo cada vez menos su cara, por ello solo ansío odiarla, por ello ya no está más su nombre en mi sien y aun late en mi. Será la condesa de mi suplicio en mi noche de reyes, será por siempre esa que amo.

lunes, 19 de febrero de 2018

Silencio de blanca

Cierra las puertas y traba las ventanas. Deja todo que dramáticamente viene el invierno a buscarnos, entre mantras y cantos helados de vientos entre hojas. La verdad y el deseo de conservar para siempre el tiempo, mover rocas de aquí para allá y no descansar, temerosos de ser oídos. En el hielo recrudecen ideas cada vez más ingenuas y violentas… no los dejaremos pasar. No dejaremos que se cobijen en nuestro fuego, pero no daremos voz de alto, sino solo silencio.
Lo espeso del aire enredará la risa en árabes formas y las coplas melancólicas serán consumidas hasta la médula. Nadie vendrá. Cierra todo no obstante, que la incoherencia no nos impide actuar, y la codicia nos pone promediando la madrugada. Bebe esos esperpentos, que debemos atravesar el río, pues hemos de contar a todos la verdad, la mentira y las obscenidades del mundo al son de aceros de fanfarrias.
La espiral de los corazones no se conoce hasta que sangran. La esencia yace muerta a cada resignación de autenticidad y la lloran sus asesinos. Sangres heladas y pieles marchitas combaten, y con el tiempo conviven, y con el tiempo se destruyen silenciosamente. El ruido a huesos rotos retumba en los acantilados de las ansiedades y los vicios, en la angustia de una niña eterna y en la lágrima del niño sin luz.

La espesura de los bañados prados y el sol que esquiva el rocío de las hojas nos miran atónitos. ¡Traidores todos, traidores todos a cada instante! Mas no nos desean ni el consuelo de la muerte. Los tambores del destino no se detienen. No sentirán lástima ante la revelación. La distorsión crecerá, la invocación será inevitable y será el silencio.

viernes, 1 de diciembre de 2017

No quarter

“[…] Es cierto. Pero También es cierto que el hombre de este siglo está más en carne viva que ningún otro, porque con sus manos abrió los átomos y rescató la fuerza yacente, porque con sus manos asesinó millones de semejantes, porque con sus manos tocó los planetas, y porque con sus manos quisiera alcanzar al otro para preguntarle quién es, cuál es su nombre y si hace mucho que está ahí, tan cerca, porque no lo veía.”
Teoría de la persuasión
Fenwick – Lezama
Bajan las persianas, nuestras almas llegan grises y colmadas de emoción al invierno que espera, cual gato frente a un plato de anchoas, fagocitar la razón y dar rienda suelta al ego. Bestias del desorden y el color entumecidas, perdidas en el bochorno tecnológico, allá en la distancia entre tu corazón y el mío, entre los puntos del consenso.
Los murmullos del dolor se van poco a poco, con tierra bajo sus uñas y las manos ásperas… olor a corte de madera seca quizás, mientras duele el animal que muere todas las mañanas bajo el filo de la hoja del poderoso caballero invisible. Temeroso dueño de nuestras patológicas felicidades, abominable hombre de nuestras vanas nieves.
No es diálogo, sino dos monólogos envilecidos de vanidad, acomplejados de inferioridad y refritos cada vez con más virulencia. Hay que contestar un rotundo nosotros a las preguntas de ayer de hoy, y de mañana ¿quién nos privó de las estocadas de la lluvia? ¿Quién dio paso al silencio? ¿Quién dejó la puerta abierta?

La razón es hija bastarda del miedo. Es la hermana del medio de la verdad y la palabra, que no siendo invitada a jugar destruye y corroe, buscando entrar en escena para acaparar la atención. No obstante, el embate del tiempo podrá con todo, hará florecer y marchitar cada una de nuestras luces, cada uno de nuestros sueños y ya sin él, entenderemos por las malas que no hay sentido alguno.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Ho'oponopono

A lo sumo cincuenta años. No es mucho si te ponés a pensar ¿Y qué hicimos? Nada. ¿Y qué podemos hacer? Nada. Podríamos disfrutar un poco de la vida, lo que parece ser la tarea más difícil encargada al hombre.
Olivia.
Todo se paga acá. Este es el mismo techo, el mismo piso, el mismo baño… siempre lo fue. De qué sirven la pasión y la ira vehemente, de qué sirve la ambición interminable por la justicia diminuta de los segundos si solo yo escucho mi canto, si solo yo clamo por ella.
Los extremos, el centro, la redundancia de tanta hipocresía y tanto incompetente por metro cuadrado, todo al son del derrumbe de los colectivos sueños que te hacen empujar de todo, con todos; que te hacen inventar fuerza e invocar titanes. Los anhelos se me amotinan y cantan canciones negras mientras los veo atónito degollar riendo mi determinación y temple… quizás rueden largo rato sus cabezas.
Todo está escrito antes del punto, porque hables, abraces, beses, ames, escuches, grites: ya está. Somos sujetos del desorden resignados a buscar un sentido. Es un paradigma de mierda. Es la piedra del éxito que reemplazó a la del fracaso y que pesa paso a paso.
Si hay humo y hay verdad, si hay sombra y hay mañana ¿qué hace toda esta nube acá arriba? ¿Qué se espera ante el dolor? ¿De qué se disfraza Dios para arreglar este quilombo?

domingo, 1 de octubre de 2017

Monólogos a Olivia

—Si vieras el círculo de la luna que veo, si sintieras ahora el viento que respira mi pelo, creo sin temor a equivocarme que desearías tanto como yo tomarnos de la mano—
—No te quiero para mí. Te quiero para vos, plena y brillante como solo yo te he visto, como solo yo he notado, y quiero, mi amor, que me compartas algo de eso—
—No hables, pues te tomaré de la mano cada vez que tus ojos lo pidan brillando como brasas incandescentes. Te encontraré en cada gesto que hagas, solo para mostrarte la inmensidad del domo estrellado en una noche helada y reír hasta que parezcamos abarcarlo todo. El indescifrable muro de tu distancia, todas tus fortalezas, tus anhelos ocultos… todo lo abrazarán mis manos hasta inundar tus lágrimas y beber juntos todos los detalles, todo lo eminente—
—Me preguntas qué pienso, como si pudiera darle forma de palabra, de frase; como si hubiera una épica poética que viniera a atarnos por siempre. Solo espero que algún dios te conceda amar como te amo—
—Te quiero, y si me preguntas cuánto, lo que no harás jamás, te diré que te quiero tanto como para dejarte ir, tanto como para que estés presente en cada palabra que salga de mi boca. Tanto que hasta llegue al dolor más tremendo—

sábado, 16 de septiembre de 2017

Arrebatos huérfanos

—En mis labios queda la marca de vuestro pecado—
— ¿Del pecado de mis labios? Ellos se arrepentirán con otro beso.
W.S.

Dicen que los instantes son eternos, y que ya con olor a madera presentimos el verdadero sentido, respirando el último segundo que dé razón con aroma a lo que hicimos. Comentan en una mesa de frívolo café, que las ansias lo son todo, que la mística es la manipulación felina y que el calor es la adrenalina de la sumisión. Espetan la bondad y el desapego, la caricia y el amor. Recrudecen a cada palabra. Hablan sobre el mal opresor de la frustración que no puede tocarme. Intentan escribir líneas de romance y no han sido capaces de vislumbrar tu luz, presentir tu aroma y nadar en tus ojos. Las esquirlas del suceso enredan mi alma renegrida y pálida a la vez, dejando escapar sollozos de niño encaprichado; dejándote verter toda tu ambición de fatalidad. Te amaré para siempre y no te he amado nunca, te tendré mansamente conmigo aunque partas, te abrazaré aunque no existas.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Sol de los arenales

El viento sopla inconstante, empuja gravemente hacia atrás. Destroza con curvas histéricas el afán de cada dia, y hace que no sea suficiente. De repente, en el horizonte, nada parece tener sentido; nada parece hacer vibrar su alma.   Se le vuelve imposible contar los arboles y los postes de alambrado por la velocidad al transitar el camino. Se le vuelve imposible describir su angustia, y sonrie.
Las razones del azar lo envolvieron alguna vez en un cuento bizantino sin nombre. Fue entonces cuando la cordura apareció y lo dominó todo.
Solo un dia cada varios piensa en el agua,  en la tierra y en todo lo que lo abriga. Quizas la dicotomia de una absurda imagen le recuerde quien es... quizas solo sea alarde de adictiva depresion.

domingo, 6 de agosto de 2017

Estrofa a mi dilecta

Hablamos un rato tomando té en un sillón incómodo. Solo mis pensamientos saben cuánto traté de ver a través de tus ojos, cuánto amor te habría jurado en ese preciso instante. Vos hablabas de mil problemas, yo solo escuché un montón de ruidos sin sentido, y un único camino para mí. A cada minuto repetías, preguntabas, espetabas y yo, como manco del alma, solo intentaba no mirarte los labios.
Todo esto no mereció una gran frase, un abrazo o una confesión de amor. A fin de cuentas, a cada paso de salida siento como tu voz nociva me golpea, me desarma y enoja hasta el odio. Aunque si tuviera que pensarlo, solo me quedaría la realidad, esa que me sienta en esta silla a pensarte otra vez, nociva y todo.

Soy ofensivo conmigo, desastres son las iras de uno mismo, catástrofes que matan el azul de mi sonido. 

viernes, 30 de junio de 2017

Disparos del Igorote

Hubo un tiempo de potencia. Hubo un tiempo invadido por la osadía de la expectativa. Un tiempo en el que todo cuanto se pensó era posible. Hubo su propio tiempo de rescatarlo en varias ocasiones… pero continuó innecesariamente negándose en cada una de ellas, rechazó la oferta.
Cayó súbitamente enamorado, demasiado pronto, demasiado tiempo sin norte para salvarse, demasiadas chances y ninguna la del palo verde.
Siempre durará en su corazón la humedad de la tierra y la sórdida nevada, el escurridizo agua de deshielo y los peces sagaces que beben de la vida al atardecer.
Atrapó la noche sumido en la mente del chamán, agotando hasta el límite la razón, las cosas, la realidad. Desató los más altos vientos del alma para andar por una vía muerta hasta el final.

Ya no quedará más de sí cuando el día llegue a proponerle nuevas estrellas, nuevos soles. La bestia se habrá calmado, la sangre estará agotada y su cabeza no estará más entre sus hombros.

lunes, 5 de junio de 2017

Gotas rojas

—no hables, pues te tomaré de la mano cada vez que tus ojos lo pidan brillando como brasas incandescentes. Te encontraré en cada gesto que hagas, solo para mostrarte la inmensidad del domo estrellado en una noche helada y reír hasta que parezcamos abarcarlo todo. El indescifrable muro de tu distancia, todas tus fortalezas, tus anhelos ocultos… todo lo abrazarán mis manos hasta inundar tus lágrimas y beber juntos todos los detalles, todo lo eminente—.
Monólogos a Olivia.

No había hoja que se moviera ese día, no había pared que pareciera siquiera gris y triste. El aglutinamiento de palabras y palabras y otra vez palabras. No lograba la concentración para desoír todo lo que habitaba en su lengua, justo ahí en la punta.
Quizás el alcohol, quizás la cantidad de alcohol, quizás el vidrio en los ojos y la galleta en la garganta le hicieron entender que la única situación ridícula era la suya. Puede que haya pasado la noche pensando para caer dormido e instantáneamente despertar junto al dolor y la sanación.
Supo que ya no querría conmiseración, que ya no tenía palabras para describirlo. Los sonidos abrumadores de sus labios y no, no hay palabras. Todo aquello perdido antes de ser. Todo aquello fagocitado desde hace tanto por el miedo.

Todos ven con sus ojos, todos ven y todos lloran con sus ojos. Fue acusado de fortuna por quien dio la estocada certera en el minuto preciso, simple y graciosamente, como el que no sabe estar blandiendo al más filoso mandoble. Sangra la sangre de la bestia, sangra la sangre de la soberbia, sangra la sangre de la dicha. Sangra vehementemente.

domingo, 14 de mayo de 2017

Décimo baktún

He vuelto de la muerte. He vuelto tantas veces de tus odios. He vuelto siempre sano y salvo de mis miedos. He vuelto de tus mentiras, de tus sombras y de los llantos. He vuelto intoxicado de bienes y males. He vuelto del amor y del hostigamiento intransigente de la victoria. He vuelto de la expectativa y del olor a campeón. He vuelto de todo augurio de toda esperanza. He vuelto de un par de rondas nocturnas. He vuelto de la última guardia de hoy. He vuelto de mi anhelo por tenerla conmigo, de las ansias por ofrecerle mis sueños. He vuelto de la farra interminable del idealismo. He vuelto de la tertulia desopilante del sentido común, de tanto óxido. He vuelto y acá estoy, soy suyo.

martes, 25 de abril de 2017

Meniño pequeniño

Las constelaciones de las cosas y el tiempo. Las especies de recuerdos que me aprietan fuerte el cuello. A veces me hace falta esa sabiduría gallega, que hablaba de plantar fuego, que melancólica recordaba carros a las cuatro de la mañana, que para los grandes problemas tenía sencillas y obvias soluciones… sanadoras de todo mal.
Si un brío te hiciera respirar, si la luz te hiciera verme, ¿qué dirías? En una única vuelta de página pasó tanto, fuimos tanto, soñamos tanto. A veces me pregunto solo si quiero todo esto, si aún sabiendo de la oscuridad de todos desde hace tanto, es razonable seguir viviendo. ¿Cuál es esa pesada lección que estas queriendo mostrarme?
Los planes austeros de mi pasión intransigente son una tortura desde que te fuiste. La escurridiza verdad se vuelve más hábil a medida que me vuelvo más sabio. Es directamente proporcional. Los mitos engañan a los idiotas felinos que necesitan más tiempo, que requieren más paciencia, que solo buscan franelas para sentirse importantes.

No he sido caprichoso. Jamás. Me he cuidado solo y por eso mi memoria está entrenada, está ávida de justicia. Pero si un brío te hiciera respirar, y la luz te hiciera verlos, ¿me dirías que transito el camino de la verdad? ¿Me darías un consejo sencillo que apacigüe todo esto, mis ansias, mis dudas, el amor? 

domingo, 23 de abril de 2017

Soul sacrifice

Subió a los más altos filos de las más altas montañas. Todo se estremece, la ira y la bestia corren y la tierra tiembla, ya no hay invocación. Tomó lo que quedaba de sí y lo ofreció a los dioses hambrientos. Pero estos no parecían tener efecto… — ¿esto es todo?— preguntó. Meditó durante largo tiempo sentado en donde yacía la corte de los arboles, aguardando su juicio, intrigado por el ruido de la brisa en las hojas. La mañana se hizo tarde y la tarde noche y siguió allí hasta que el frío le rebanó los ojos y debió adentrarse en la oscuridad, en el conocimiento que se consume en detalles y escapa como agua entre las manos.

lunes, 10 de abril de 2017

Vos

“No pidas consejo a los elfos, pues te dirán al mismo tiempo que sí y que no…”

Si tan solo en un minuto te atrapara. Y caer errantes en el vacío inmenso de la clave de los días, casi hasta no querer verte más. Si fuera todo eso posible, y también el precipicio de tus ojos, y la osadía de tus labios, y la carrera psicótica de tus manos; todo eso posible en el sórdido frío temprano de la primera nevada.
El espejo de tu amor, el oxido de tus técnicas y tu pelo suelto. Nada como tu épica de la conquista, que reclama su trono a cada gesto. Afueras oscuras me hacen enloquecer, perder todo de vista. Pensar que sigo resolviendo encriptados mensajes de hoy, conmigo, que siempre soy ayer. Dame tu mano, que si te atrapara en un minuto, bajo algún árbol, te susurraría el sol al oído, te besaría con la suavidad de la brisa.
Alcánzame un minuto tu atención. Caminará por los techos la felina presencia de la felicidad. Al pisar la tierra descalzo presentiré tu perfume, trayéndome recuerdos de la mañana, que no acabará, que será sublime a ultranza. Todo el tiempo te perderé en la espesura, aunque esa no sea mi fresa negra, aunque todo el cuadro tenga manchas de emoción, y aunque la vida dentro de la vida siga esfumándose. 

viernes, 7 de abril de 2017

Wond'ring aloud

El mundo que veo venir, ese que se precipita, que engulle la calma con un pitido cada vez más grave. La noción del tiempo nos hace menos inocentes, nos vuelve pesimistas, nos quita ansias e ilusión.
Sos un fundamentalista de las cosas simples, un desenredo del último sueño del Sultán, que encuentra eco solamente en tus pensamientos, que se refugia en lo que vos soñás, en lo que miraste alguna vez con ojos grises.
Ni los odios mundanos ni el castigo fetichizado de los dioses pueden alcanzar los talones del olvido, pues la memoria que intensa crea parte de la realidad les acribilla plomo a plomo en su razón de ser. Todo ese conocimiento quizás contraste con la calma del agua.
Todos tus días de alegría, de belleza, de intuición de planes supremos fueron lunes. Se regodea el sentido de la oportunidad, que nuevamente hace de las suyas y ríe, ríe tan intensamente como imaginás deberías reír vos.

Conocés el camino como la palma de tu mano. La llave hacia el otro lado, la escueta rendija por donde la luz invita a pasar. Todos están allí en tu invocación, todos presagian el futuro con tierra en sus manos. Todos consultan con la vida.

domingo, 2 de abril de 2017

Adikia

No está en ninguno de sus pensamientos. Entonces sufre. Recorre cada segundo del día intentando descubrir el sentido de la luz, pero se enreda en el trastorno del olvido, de lo no meditado. El dilema del amor es felino, es implacable ante los idiotas, los que no tienen paciencia, los que no saben esperar.
A diario intenta juegos esotéricos, de sanación. Pero sufre. Invocando ancestros intenta un sentido loable a todo su hacer, pero todo se resume en la soledad, en el vacío, en la escaramuza de los días. Silencio, ausencia, su ser que lo atormenta a cada paso, a cada latido. Solo los reflejos de su alma tenue alcanzan a susurrar tímidamente la calma, que no llega, que no influye, que no es trascendente.
Recorre la palma de su mano en busca de respuestas. Es aún probable, que no las haya en otro lugar, pues vivimos maravillados ante una realidad que nos supera, que nos obliga a creer en que existe esa fuerza, ese orden, ese tipo que todo lo hace, que todo lo sabe, que todo lo inventa, que todo lo resuelve. Es nuestra propia realidad ínfima, incapaz he dicho, ante el amor, ante el azar y ante todo.
Toda esa sucesión de errores y desaciertos que crean la más bella melodía, pueden estar ausentes a cada respiro de sus pulmones, a cada suspiro en estado de ebriedad. Perdidos y caminando por un universo que es confuso, con espesos pormenores, con detalles esenciales, con hermosas presunciones.

La desesperanza es carne. Sufre. La electricidad le retuerce cada célula y sufre. Todo cuaja y cada vez sus preocupaciones son más ridículas, más mundanas e irrelevantes. Es un camino demasiado inmenso para transitarlo solo, es un mundo salvaje, es un viaje delirante. El espíritu que indica la llegada del segundo eón, mucho más allá de la totalidad de su ley, vuelve eternamente injusta a la condena del amor, que ordena la peor de las resignaciones, que lo interpela a ser más él. 

domingo, 12 de marzo de 2017

Hipnosis

“Que me detengan, que me den la muerte; estoy contento, con tal que tu lo quieras. Diré que aquel gris no es la mirada de la mañana, sino que es el pálido reflejo del rostro de la luna; y que tampoco es la alondra la que con sus notas golpea el cielo abovedado tan alto sobre nuestras cabezas. Tengo más deseo de quedarme que ganas de marchar: ¡ven, muerte, sé bienvenida! Ella así lo quiere…”

Es la densidad del aire al sonar fuerte una música grave, mientras sola baila con su cabeza que se tambalea hacia todos lados. Sus ojos perdidos entre quién sabe qué, y su atención que parece nunca encontrar una razón para enfocarse. Como por arte de magia, un relámpago surca su sien y viene hacia vos. Habla de cosas que decís comprender y asentís siempre con la mirada más cómplice posible, aterrado de no estar a la altura.
El rodete en su cabeza parece asincrónico. Quizás haya algo de magia en toda la imagen, un poco de ilusión de alguna clase de bruja,  que toma el cuerpo de la contradicción para jugar un rato. Nuevamente el guiño de otra luz, y nuevamente habla de cosas cada vez más incomprensibles, y cada vez más, no existe otro brillo que el de sus dos ojos negros apuntándote al corazón. Es el alcohol de alcoholes, que enmudece a la propia carga y decide que sea el alma la que dictamine.
La noción de su tiempo, creo, no es más que paciencia. Errante como un niño jugando, sincera como la más desinteresada y aun así, eternamente poderosa,  palabra a palabra y gesto a gesto. ¿Acaso habré de honrar las próximas palabras incomprensibles que salgan de su boca? ¿O caeré rendido en un mar espeso de indescifrables bizantinas? Todo aquello, todo y no menos, en calma llegará.

viernes, 10 de marzo de 2017

Esmeralda

La espesura de la noche trayendo calma de sueños, sosiego de rocas y tierra. Sorteó el escollo de otro amor y logró sentarse a contemplar, en el pulmón de esmeralda, los viejos edificios y algunas ventanas con luz. Hubo de reflexionar si él era todo, pero concluyó que se fue en mil partes. Estrelló el logro de la palabra más precisa, la que simple y graciosamente es una con la verdad, que da paso a la osadía de ser feliz.
Pensó en ver toda la tierra rodar sin pretensiones, con la paciencia química que todo lo degrada. El agua, el sol, las flores, el olor a humedad de las hojas en el suelo. Tanto corría por sus venas y, sin embargo, se sentó frente a la nada, quiso abrazarla y confesó tener miedo. Había iniciado allí el camino de la soledad, había matado en un solo instante todo el movimiento.
Las paradojas son sintierras, son sintiempos. Los espejos en los que se miran ríen siempre y no se les ocurre callar ante la chance que la bestia recuerde serlo, y los despedace sin la más mínima piedad. Todas las ilusiones tienen algo de realidad, y en su mágico anhelo destrozan la quietud del alma, invitan a la ansiedad.
Descubrir de pronto que el suceso no escatima en horas, días y meses, recorrió su espalda con helado presagio. Se encontró mirando en ese pulmón a sus propios ojos, a su propio corazón de león, a su propio ideal de trascendencia, a su propia razón. Todo eso se derrumbó con la más mínima grieta, la más indescifrable sugerencia, la más escandalosa gota de amor.

Quizás sea otro espejismo, o quizás haya encontrado la vida que se consume dentro de la vida. Vienen vientos del sur a la ventana, y susurran un río que corre agitado, alertan sobre todos los que vienen. Amanecerá mientras el sol lo acompañe, agradeciendo al alba hasta el más intenso dolor.

domingo, 26 de febrero de 2017

Epifanías bélicas

Ha pensando demasiado en el futuro, el pánico, las sombras. Es un presagio espeso y el humo titila sugiriendo sin tregua, en efímera risa, que es prisionero del viento. Dice que le mutilaron su voluntad, que ya no siente al subir, y también que ahora todo tiene más sentido. Quien no calla se ha revelado ante esas circunstancias, ha encontrado un mensaje que será entregado. Cree en ello.
Ha elegido el camino por el que nadie va, pero nadie recordará al llegar, nadie puede dar cuenta de nada. Nadie ha visto cuál fue el comienzo. Comenta que no hay sentido en un designio como ese, que ya mejor se va, que no hay cosa que lo haga estremecer. Es él quien piensa aun en el martillo de los dioses, en celebrar fiestas paganas.
Ha visto a todos reaccionar a la anestesia según el plan de esta, ha visto a todos marchar al ritmo de los tambores traidores, siempre sensuales. Cree que con todo lo puede, que es eterno, infinito. La fuerza se le escapa cada mañana al poner pie sobre la tierra, al no adornar cada invocación con el alma intrépida y libre. Deja que el sol le golpee la cara a diario y atraviesa el tiempo, buscando señales de electricidad, buscando el conocimiento de los eones. 

jueves, 16 de febrero de 2017

Las puertas de Durin

“…yo me ocupo del presente, el futuro es asunto de Dios.”

El tiempo es escaso, las dimensiones enormes. La vida es misteriosa, la nostalgia inevitable. Las ansias son latosas, la experticia resbalosa. El enjambre está prescripto, la codicia es admirable. Los anhelos son loables, la presencia es aplastante. Las sonrisas son ingratas y aun, las grandezas son leales. Desencuentro tras desencuentro la vida pierde su color de arte, su esencia perfumada; se encierran en pasillos pequeños y oscuros, para blasfemar desde allí que lo mejor nos fue negado, todos los que no agradecen.
El salto hacia el vacío, las gotas de temor, las velas de un santuario que hace tiempo no fervoriza y las tierras que acompañan girando a su aire, esperan que haya calma para hablar irresolutas. Acuchillando el sentido del amanecer, la luz trasciende, invade. Dictamina tirana que las eras han de venir, no se detendrán, aunque en el espejo, que es otro, haya bienes de inconmensurable arrojo, preciosos en cualquiera de estos universos.
Este portón tiene el romanticismo de lo desconocido, tiene la promesa de la próxima alba llegando hasta aquí en clave de felicidad, idílica en todas sus curvas, utópica de todo insigne. Libertad, sujeto, contradicción… hablar amigo en la ficción, resultó metáfora de mis leyes, indescriptibles hechos para explicar.

Cuando el camino haya pasado, solo entonces habremos de ser honoríficamente recompensados con márgenes para recordar, reír y trascender.

jueves, 9 de febrero de 2017

Logos sobre la última cruzada de Hermes.

El zafarrancho duró años. Todas las luces apuntaron hacia el centro que debían, como si hubieran sido orquestadas. Curiosamente como si en verdad hubiera un propósito, una autoridad.
De todo lo que puede esperarse de la abyecta escaramuza del binomio del bien y el mal, he de hacer crecer una maña de creer, apostar y esperar. Nada como el hermoso proyecto del progreso, que engolosina el alma voraz e ingrata, malagradecida en todas sus esquinas.
He dado un paso más hacia la última vez que me levantaré contra todo esto que tanto hastía. He dado a la retórica de mi mismo un aliento, un giro en descubierto de esperanza para no dejar que se bajen guardias aun. He dejado a un lado todo rastro de obviedades del amor para extinguir necedades.
Era un día soleado que se sentía espeso y complejo y aun así venció. Mas la inercia que toma el mandoble al cortar, no se detiene habiendo logrado su meta… la profunda razón de nuestro espectáculo, que nos deja sorprendidos en bucle sin fin.

Acaso deberé abandonar la épica que frustra su propio guión a cada paso. Será, una vez más, el final de la cruzada infinita, que no aparece sino con disimulo a reír a costa de los planes del espejo.

lunes, 30 de enero de 2017

Theremín

“(…) Mas pra fazer um samba com beleza
É preciso um bocado de tristeza…”


Las cosas son tiempo. No podrían ser de otra naturaleza sino de tiempo. No podrías llegar a la conclusión de la total ausencia de conocimiento, de lo parcial. Aquel pensamiento que llegó alguna vez y nunca partió, con cara de repetición ha vuelto y aun bien  y mal se hermanan.
La escasa significación de los suspensivos tres puntos que me envician al momento de justificar la idea de que las cosas tienen nombres sobre el final, cuando todo responde a algo y no cuando hay algo que llenar con correspondencias.

Cada vez más, los espacios crecen… no hay forma de llenarlos y el cuerpo flaquea. Es el sol el único aliado en alguna mañana que huele a humedad, a vicio sollozante, a manos de santo.

martes, 17 de enero de 2017

Geomancia

La interminable lucha de mis manos por resistirse a este mantra infantil que me afecta desde hace un tiempo. No hay forma de evitarlo, las salidas se muerden el labio en señal de soberbia actuada. Parece el libro de algún viejo estilo, o algún acertijo que detesto.
Nuestra naturaleza es inflexible pero se rinde ante la evidencia de la realidad, que le muestra su verdad, la compara con herejías y le adelgaza el espíritu. Languidece nuestro seño fruncido altivo ante el amor… acaso desconcertado por sus propios cuestionamientos.
Montañas nobles y orgullosas se elevan a mis espaldas, ávidas de incendios hermosamente suicidas y frías y determinadas aguas, capaces de marcar surcos de sabiduría.
El centro hacia donde voy y la calma de la providencia, que entregan certeza, que acallan bestias y ansiedades, tal vez estén ebrios en la velada. Quizás no lleguen a entender que Olivia, esa que amo, no mire al cielo o hable al sol y que aún así sea inconmensurable.
Los destellos del alba, la vida esfumándose dentro de la vida… los silencios que harías si vieras una ínfima parte de lo que hubo para mostrarte. Si a cada pisada la invocación me agita, la tierra me invade.

El espejismo ha pasado, pero ha dejado su aroma en mis deseos. Ha resuelto un nuevo objeto. Ha osado trascender.

martes, 4 de octubre de 2016

Sin chape

Son las siete, o quizás las ocho. En los fuegos de octubre me enciendo en nervios constantes y busco en un cajón de ansiedad el cuchillo para cortar un rato con todo. Los metales del nuevo amanecer taladran duro y me levanto a ver qué pasa. De repente el sol aparece nuevamente, no era un simulacro.
Al son de las botas camino hacia el mate, que me espera anhelando el toque de azúcar que no pienso darle, porque pienso dejarlo amargo. Son casi nueve minutos de caravana hasta que estoy sentado a punto de agazapar la ira y saltar raudo dejando atrás al alba. Puede ser que piense un rato y luego olvide tu olor, mezcla de pucho y perfume de no sé cuál.
No José. Te escucho como si fuera ayer y me río solo. Hasta pudiendo acusarte de estúpida me dibujas una sonrisa y acelero al centro. Cuadras rotas, sucias, gentes indiferentes. Cuanta vesania me brota cada vez que lo noto —siempre, he de decir—. Sigo riendo, porque casi siempre vuelvo a recordarte llegando al cruce, épico de bluses y poesías.

Media mañana y ya me olvidé de todo. Salgo y piso las piedritas, hay como un viento genial y el sol me pega en los ojos. Y ahí estas de nuevo. Supongo que miento a cada momento diciendo que me olvido. Me río y empiezo de nuevo mañana.

viernes, 23 de septiembre de 2016

De melón

El selector en graves y un bending que te mueve el corazón. Entre nosotros hay un tiempo con olor a pastillita de melón, de esas que ya no se consiguen porque no hay más… ya no hay más. Es posible que tan solo sea mi imaginación, pero la sospecha de un augurio que va océanos por delante es demasiado fuerte como para hacer oídos sordos. Lo que no se es, en parte nos integra, pero se atomiza en escandalosa ausencia.
Rápidas las euforias y ciclotímicos los humores del amor que se quedó en el tiempo, nuestro tiempo, y que alguna picardía de la fuerza vino a despertar de su helado sueño. Esa paradoja que nos recuerda a cada momento que segundo tras segundo somos un poco menos nosotros, nos desgranamos y nos vamos yendo despacito.
¿Y qué hay de tu risa, qué? No se me permite adueñarme de ella, al menos si la luna no duerme. Pero creo que es el miedo a morir perdido en espejismos… tal vez no sean felices todas mis palabras al salir de mí. Tal vez caigan todas al cruzar la frontera del calor de lo profano y se quemen en terribles gritos de dolor.

No he conseguido hasta hoy hablar sin consecuencias pesadas, sin rasgar todo. Presiento que es deuda por saldar. Pero las explicaciones sobran si nos consumimos, si a cada rato jugamos a romper esas cajitas en las que nosotros mismos nos metimos. 

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Las mentiras fundamentales

El estilo avejentado del primer párrafo original de todo lo que quise decir esta vez se perdió en el éter. Se elevó como el vapor de agua que me hipnotizó cuando pensé en crearlo y fue uno en la atmósfera y en mi conciencia. En todo caso creo escuchar un sigiloso recuerdo que habla sobre las mentiras fundamentales, pero el tiempo es escaso.
Si acaso osara mirar para otro lado y disimular sobre la marcha ante la esencia que me espeta, caería irreductiblemente en la nada. Todo sería en vano y no auténtico a cada paso. La tierra bajo mis uñas me aploma y el sol me recuerda tus noses que decían sí… mentira medular.

El viento que navego me trae menos recuerdos que antes… 

martes, 20 de septiembre de 2016

Un hombre para Sofía

"El amor ha sido el opio de las mujeres..." Kate Millet.
En Línea.-

Un hombre para Sofía: no está cebando tres horas por día durante un mes y medio para después llegar y no dar ni la hora; no organiza un plan para después cancelarlo por otro mejor, no, se hace cargo y ni le dice del otro plan y se la aguanta. No dice que la va a cuidar y la pone en riesgo de embarazarse. No espera que ella le escriba, la despierta con buenos días y la despide con buenas noches. No se llena la boca con lo que hizo y no hace nada. No se sienta cómodo esperando a que ella venga, le organiza planes y la sorprende. Si le dice que la quiere conocer la conoce, no se la franelea cuando le viene bien y le cuadra. No le quiere dar vuelta las cosas cuando discute diciendo que ella lo trató como a un chongo cuando ella le tuvo paciencia y cuando por chongo no pasaba ni por casualidad. Si no quiere estar con la que cebó durante cuatro meses se lo dice, no espera a que ella se harte y lo mande a la mierda. Un hombre se compromete o no hace perder el tiempo a la persona que sabe que quiere otra cosa. Un hombre, si dice que no va a mandar más mensajes, no los manda, no avisa que no va a mandar más mensajes con un último mensaje para hacer enojar a la otra persona. Un hombre, si dice que es sincero, lo es, no se enoja solo e ignora a la otra persona. A un hombre, no hay que decirle cómo tiene que actuar, porque lo hace y punto. Bloqueado. Lamento decir que no fue un gusto conocerte. 

Sofía.


jueves, 15 de septiembre de 2016

Cartuja

Catatónico y en estado de pánico evitas pensar. Hay una especie de precipicio dentro de cada cono de esa caja vintage con la que te derretís la cabeza. Es el abismo, tan grande y helado, que por momentos parece cortar y por momentos resbala. Las alusiones están todas sentadas y te miran como si hubiera algo nefasto en todo este sonido.
La noche que encierra en su corazón el día más lindo de la primavera puede hacerte creer en boludeces, pero a fin de cuentas terminás entendiendo la conexión de los irrefrenables sucesos, de las crónicas vueltas de un viaje que no tiene héroes ni traidores. Las ideas empiezan a ser menos, o quizás no…  ¿es que son oscuras? ¿Qué es todo lo que no puede resolverse pensando? ¿Y qué hay de todas esos hipotéticos berretas que (pensás) resolvés a diario? ¿Qué es lo que gano y qué es lo que no?
Tu ancla de capa te volvió a agarrar con un interrogante sobredimensionado, ¿sobrevalorado quizás? La intelectualización es una herejía barnizada con óleo, empapelada con ediciones lujosas de Cervantes… que se ahorca con un juego de cuerdas cero-diez y que siempre, siempre, camina a tu lado, riendo e hilando incomprensibles frases vertebradas por toda lógica de lógicas.

De la misma forma con que pueden leerse en tus ojos todas las líneas del futuro, podés leer en mí el sánscrito indescifrable de mi ansiedad. La lluvia va a caer, el sol va a arder eternamente en lo que a mí concierne, y aún así no me figuro toda la foto. Todo indica que esto de los axiomas no es lo mío. 

lunes, 12 de septiembre de 2016

Blue note

Esteros eternos de calma te acechan y escrutan a través de terribles ojos redondos y grandes. Esperas la fuerza del segundo eón, pero parece no estar destinada a que la encuentres y contemplas… tal vez demasiado. El sonido en loop de lo que no alcanzaste a pensar a tiempo para decir cuando corresponde te vence al grito de tu nunca más. Porque el drama propio es el que mejores y más líneas tiene; hasta el silencio es intenso.
Golpeás el armónico y te dejás llevar entre las ondas. Hace tiempo que no cuidás un solo detalle ¿ante quién te rebelas? El trip es infantil y el corolario grave, espeso. El espejismo del suelo hizo que parecieras una vez más un acróbata, pero llegaste a la cocina… ¡que densidad la de este lugar! Pero tus manos son más fuertes que toda esta mentira de jugar a ser y las alzas en señal de batalla.
Los silencios significantes, esos que solo se llenan con ansiedad, están plagados de futuro y asustados de variables. En la espesura de la noche solo pienso en que no los alcanzo aunque tal vez estén corriendo hacia mí. La calma llena de ansiedad… paradoja y de esas picardías de la fuerza. Hay que ceder un poco, o quizás no. Hay que esperar o tal vez actuar. No van a darme su sincero augurio de gloria.

La tierra me aguarda para que juntos volvamos a conjurar la invocación. Me aguarda para blandir el mandoble que hará que me invada el vacío. Me aguarda silenciosa y calmada, puesto que sabe que volveremos a estallar. 

domingo, 11 de septiembre de 2016

Gualicho de olvidar

Hay algo de la inercia que toma la tierra al girar, que estás usando en mi contra. Hay algo de toda la espina cruel, verdugo de todo corazón naciente, que me dejaste casi de noche. Son todos los huevos que hay que tener para entender que se llegó tarde pifiando el reloj, y así vivir entero.
En el esquema de todo lo divino, no cabe espacio para el sonido de los violines de avería. Con la taquicardia se me estrecha aun más el pensamiento, y resuelvo mal. Los sonidos en loop me hacen perder el rumbo, me desmagnetizan.
No ha habido tierra en la que hayamos encontrado la calma, el esquema de lo nuestro. Ciertos encuentros desquiciaron el salón de los recuerdos, ensuciándose a sí mismos. Tal vez alguien con autoridad se refirió a estos últimos, y fueron fatalmente condenados.

Lentamente pretendo callar, pero no voy a conseguirlo. Se simplifican en soledad las magníficas ilusiones de un beso con el síndrome de abstinencia de conformismo. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que ambas ellas, antes de partir, escrutaron temiblemente mi ser… y mi soñar.

jueves, 8 de septiembre de 2016

La pequeña novia del carioca

Abre os teus braços, meu irmão, deixa cair.

El preludio de una tormenta intransigente no acostumbra coincidir con el sentido de la oportunidad. El sonido tribal de las baldosas que corrieron bajo tus pies por lo menos una hora sin parar. La crecida del asfalto que amenaza con dejarte oliendo a brea y alquitrán. El grito del árbol que se convirtió en cuervo solo para asustarte más. Todos ríen gravemente, pero nadie se inmuta. No creo que los hayan notado. No creo que hayan notado que sobreactué.
Cuando pasaste la segunda cuadra es posible que hayas parado. Es posible que te hayas detenido al menos un segundo solo para probar si la presentías. Te pegas un jabón del carajo porque pensás que paraste un segundo eterno. Ya no rieron más, quizás se quedaron sin birras, sin puchos.
Se me ocurre que, entre el silencio y ese segundo entreabierto, pudiste mirar y verla a través de la puerta de un ojo negro. Se miraron y se rieron bastante, tanto como para divertir la contabilidad de la economía universal y que un segundo sean todos los que puedas imaginarte.  Te vi quejándote sobre el final y no entendiendo este tema del tiempo. Pero ella no hizo más que reír y contagiarte.
La tormenta camina hacia vos despacio, constante. Incluso estando en la altura no serías capaz de huir. Muchas veces presagiaste en clave hostil… y ni eso va a suceder. No entiendo bien por qué razón sonreís al mirar, incluso antes. Pensas, entendes, decis, hablas… justo antes. Es pequeña. Ella es pequeña, pero ahí está, eternamente enamorada.

Quizás al abrir los ojos a la mañana de mañana, puedas soñar de nuevo esperando todo un nuevo aliento.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Esas noches de verano

Una vez un viejito sabio me dijo que jamás debía explicar nada comenzando con un “Es cuando…”.Y siempre hice feliz caso de tamaña lógica vertebral de consejo. Pero resulta que hoy, justo hoy, subvertir la lógica es consigna que pide premisas, explicaciones y conclusiones. Todas tienen una voz tan chillona y molesta... tan cliché. Gritan bastante, pero no me molesta, porque hoy no es como, hoy no es que, hoy es cuando.
Es cuando el poder de un diciembre eterno en sus dos veranos, de ocho y veinte en manzano, Vinicius viendo como toda la tierra al rodar te alcanza el choque del lago contra la lenga, y que otro día perdido te asusta hasta la piel. Pero atenti, que también es cuando me acuerdo y casi dibujo todo a las diez.
Es cuando había imposibles nuestros, bien nuestros, que nos hacían ver tan enormes, tan estupendos. Porque es cuando la jackson no tenía idea de cómo hablar y sin embargo algo le sacamos… y fue nuestro por todo lo que duró la huella sobre la nieve que hoy, justo hoy, fuimos a pisar bajo un radal.
Es cuando las brumosas seis de la mañana se dejan cortar planeando a toda velocidad, graciosamente y sin emitir sonido. Porque ahí, justo ahí, es cuando volver a remo tiene la épica del beso sin chape de la mina del palo verde. Es cuando ese tostado solo, mientras mirabas la pared, vale la pena cada poro del sublime pan.
Es cuando las gallinas se esporpollan al sol y la Tota sintetiza vitamina D con los ojos entreabiertos, norte a la brisa que llega desde el otro lado. Ojo que también es cuando ese Tio negro se baja bajo la lluvia, de visita en visita. No es más que cuando sonrío al detectarlo todo.

Es cuando pensás que si hoy te apagan la luz no perdiste tiempo en pestañar… que no había tiempo para torpeza semejante. Es que, finalmente, siempre va a ser cuando respires, y cuando pienses que podemos existir.  

sábado, 13 de agosto de 2016

A Olivia

Ella no es estereotipo. Ella no es perfección de una estética de dogmas insulsos de un mundo que decidió no ver. Si lo perfecto no tiene todos estos errores, ¿con qué tupé se autoproclama? ¿Quién lo patrocina? Ella no es nadie, no es nadie en absoluto salvo el milagro de una catástrofe que acontece frente a quien se detenga a mirar, como espectador de una inentendible obra teatral, inexplicablemente genial.
Ella, adjudicataria en dueña de tantas de mis líneas, lo sabe. Sabe que me han dicho —o me he dicho— todo lo que hay que encontrar. Ella sabe que la inercia que sus ojos toman al entronar la mirada fija a la par de sus manos infinitamente nerviosas me hace caer. Ella lo sabe. Siempre lo supo y sabrá, maldita sea en todo su conocimiento, que no podré dejar de amarla.
Ella, simple y graciosamente sabe qué hacer. Sabe simple y graciosamente, que sea lo que sea, caeré una y otra vez.

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Olivia crees en las flores y el mar?
Todos esperan su viento...
Yo, vivo un mundo que no es real
Y el incansable destino, se acerca otra vez.

Olivia no me digas que te vas a quedar
Atada al mundo de esta realidad
Porque en las noches, tus ojos, dicen mucho más
Porque todos, todos, callamos al soñar...

Olivia ves el cielo o hablás al sol?
Sentiste el fuego del miedo 
atento al frío de tu corazón? 
Que siempre está, que siempre está.

No mires mas, no vengas más...
si vas a hablar sin hablar.

lunes, 13 de junio de 2016

Los profetas raudos no acaban de pensar

Todas las ideas de un imperio, de un ejército de un solo hombre, se han ido. Se perdieron olvidadas en los días, en el exilio de la esencia que las apartó tirano, sin dudarlo un momento. ¿Cómo es posible el sueño blanco repentino, que abrumadoramente toma el poder? ¿Cómo explican todos esos prometedores ayeres, los mañanas de ansiedad interminable y vacíos negros?
Sabía de cierta receta para encontrar consuelo. Excéntrico antídoto que desconcierta a la propia alma para hacerla encontrar su carácter, su fibra. La retórica de lo que se presume sabido nunca es tan sensual, nunca se presenta épica. Ello mediante, dio rienda suelta a la implosión de lo previsible, haciéndose trizas una vez más, experimentando nuevamente la ausencia.
Las risas en el concilio de los ángeles no tardaron en aparecer y fueron seguidas de escasas opiniones apócrifas, talladas sobre tablas tirriosas con abominables decoraciones y giros.
Sin embargo, en el espesor de la noche abovedada, las estrellas brillaban augurando alegrías primitivas, llenas de sentido y de vigor. De repente, pensó que quizás construir desde las trizas no fuera lo mismo cada vez. Justo allí retomó el rumbo y encontró alguna de aquellas perdidas ideas al calor del sol, en un claro con pastito verde y buena brisa.