martes, 25 de abril de 2017

Meniño pequeniño

Las constelaciones de las cosas y el tiempo. Las especies de recuerdos que me aprietan fuerte el cuello. A veces me hace falta esa sabiduría gallega, que hablaba de plantar fuego, que melancólica recordaba carros a las cuatro de la mañana, que para los grandes problemas tenía sencillas y obvias soluciones… sanadoras de todo mal.
Si un brío te hiciera respirar, si la luz te hiciera verme, ¿qué dirías? En una única vuelta de página pasó tanto, fuimos tanto, soñamos tanto. A veces me pregunto solo si quiero todo esto, si aún sabiendo de la oscuridad de todos desde hace tanto, es razonable seguir viviendo. ¿Cuál es esa pesada lección que estas queriendo mostrarme?
Los planes austeros de mi pasión intransigente son una tortura desde que te fuiste. La escurridiza verdad se vuelve más hábil a medida que me vuelvo más sabio. Es directamente proporcional. Los mitos engañan a los idiotas felinos que necesitan más tiempo, que requieren más paciencia, que solo buscan franelas para sentirse importantes.

No he sido caprichoso. Jamás. Me he cuidado solo y por eso mi memoria está entrenada, está ávida de justicia. Pero si un brío te hiciera respirar, y la luz te hiciera verlos, ¿me dirías que transito el camino de la verdad? ¿Me darías un consejo sencillo que apacigüe todo esto, mis ansias, mis dudas, el amor? 

domingo, 23 de abril de 2017

Soul sacrifice

Subió a los más altos filos de las más altas montañas. Todo se estremece, la ira y la bestia corren y la tierra tiembla, ya no hay invocación. Tomó lo que quedaba de sí y lo ofreció a los dioses hambrientos. Pero estos no parecían tener efecto… — ¿esto es todo?— preguntó. Meditó durante largo tiempo sentado en donde yacía la corte de los arboles, aguardando su juicio, intrigado por el ruido de la brisa en las hojas. La mañana se hizo tarde y la tarde noche y siguió allí hasta que el frío le rebanó los ojos y debió adentrarse en la oscuridad, en el conocimiento que se consume en detalles y escapa como agua entre las manos.

lunes, 10 de abril de 2017

Vos

“No pidas consejo a los elfos, pues te dirán al mismo tiempo que sí y que no…”

Si tan solo en un minuto te atrapara. Y caer errantes en el vacío inmenso de la clave de los días, casi hasta no querer verte más. Si fuera todo eso posible, y también el precipicio de tus ojos, y la osadía de tus labios, y la carrera psicótica de tus manos; todo eso posible en el sórdido frío temprano de la primera nevada.
El espejo de tu amor, el oxido de tus técnicas y tu pelo suelto. Nada como tu épica de la conquista, que reclama su trono a cada gesto. Afueras oscuras me hacen enloquecer, perder todo de vista. Pensar que sigo resolviendo encriptados mensajes de hoy, conmigo, que siempre soy ayer. Dame tu mano, que si te atrapara en un minuto, bajo algún árbol, te susurraría el sol al oído, te besaría con la suavidad de la brisa.
Alcánzame un minuto tu atención. Caminará por los techos la felina presencia de la felicidad. Al pisar la tierra descalzo presentiré tu perfume, trayéndome recuerdos de la mañana, que no acabará, que será sublime a ultranza. Todo el tiempo te perderé en la espesura, aunque esa no sea mi fresa negra, aunque todo el cuadro tenga manchas de emoción, y aunque la vida dentro de la vida siga esfumándose. 

viernes, 7 de abril de 2017

Wond'ring aloud

El mundo que veo venir, ese que se precipita, que engulle la calma con un pitido cada vez más grave. La noción del tiempo nos hace menos inocentes, nos vuelve pesimistas, nos quita ansias e ilusión.
Sos un fundamentalista de las cosas simples, un desenredo del último sueño del Sultán, que encuentra eco solamente en tus pensamientos, que se refugia en lo que vos soñás, en lo que miraste alguna vez con ojos grises.
Ni los odios mundanos ni el castigo fetichizado de los dioses pueden alcanzar los talones del olvido, pues la memoria que intensa crea parte de la realidad les acribilla plomo a plomo en su razón de ser. Todo ese conocimiento quizás contraste con la calma del agua.
Todos tus días de alegría, de belleza, de intuición de planes supremos fueron lunes. Se regodea el sentido de la oportunidad, que nuevamente hace de las suyas y ríe, ríe tan intensamente como imaginás deberías reír vos.

Conocés el camino como la palma de tu mano. La llave hacia el otro lado, la escueta rendija por donde la luz invita a pasar. Todos están allí en tu invocación, todos presagian el futuro con tierra en sus manos. Todos consultan con la vida.

domingo, 2 de abril de 2017

Adikia

No está en ninguno de sus pensamientos. Entonces sufre. Recorre cada segundo del día intentando descubrir el sentido de la luz, pero se enreda en el trastorno del olvido, de lo no meditado. El dilema del amor es felino, es implacable ante los idiotas, los que no tienen paciencia, los que no saben esperar.
A diario intenta juegos esotéricos, de sanación. Pero sufre. Invocando ancestros intenta un sentido loable a todo su hacer, pero todo se resume en la soledad, en el vacío, en la escaramuza de los días. Silencio, ausencia, su ser que lo atormenta a cada paso, a cada latido. Solo los reflejos de su alma tenue alcanzan a susurrar tímidamente la calma, que no llega, que no influye, que no es trascendente.
Recorre la palma de su mano en busca de respuestas. Es aún probable, que no las haya en otro lugar, pues vivimos maravillados ante una realidad que nos supera, que nos obliga a creer en que existe esa fuerza, ese orden, ese tipo que todo lo hace, que todo lo sabe, que todo lo inventa, que todo lo resuelve. Es nuestra propia realidad ínfima, incapaz he dicho, ante el amor, ante el azar y ante todo.
Toda esa sucesión de errores y desaciertos que crean la más bella melodía, pueden estar ausentes a cada respiro de sus pulmones, a cada suspiro en estado de ebriedad. Perdidos y caminando por un universo que es confuso, con espesos pormenores, con detalles esenciales, con hermosas presunciones.

La desesperanza es carne. Sufre. La electricidad le retuerce cada célula y sufre. Todo cuaja y cada vez sus preocupaciones son más ridículas, más mundanas e irrelevantes. Es un camino demasiado inmenso para transitarlo solo, es un mundo salvaje, es un viaje delirante. El espíritu que indica la llegada del segundo eón, mucho más allá de la totalidad de su ley, vuelve eternamente injusta a la condena del amor, que ordena la peor de las resignaciones, que lo interpela a ser más él.