viernes, 26 de febrero de 2016

Alguien con quien ver el mundo

Cenizas de la muerte intransigente, esa misma que yo algún día encendí en mil llamas gloriosas cada una de ellas, se revelan nuevamente entre el polvo que ilumina la tarde. En parte fuiste ayer, en parte sos lejana y, finalmente, en parte ya ni siquiera sos. En la oscuridad llueve mucho más desde que no me decis lo que pensas, desde que no acontece el suceso de tu música. Tal vez no encuentre todo lo que nos dejaste, pero saber que está perdido por ahí me tranquiliza, como si supiera que por los hilos del azar, casi podría reconstruirte, muy sobre el final.
Está aconteciendo una reunión. Un hombre sentado de perfil a otro más joven. Ambos miran hacia el morro gris. El hombre más joven susurra: - ...vos estás muy cansado-. –No-, le responde en tono gentil.

La luz me atraviesa en el calor de toda su esencia, y encierran la energía de lo que hice por verla. Se desnudaría la dicha frente a la verdad, y se dejaría arrastrar hasta lo más profundo del sentido. Se verían cara a cara la vergüenza y el temor, para llevar adelante el peor de los crímenes, mentirse.