miércoles, 28 de diciembre de 2011

Rata del estrecho.

Un estado de violencia mental tan alto que cuando uno tiene que decir las cosas, cuando tiene que actuar, todo está en blanco.
Los ojos me arden, y con los piratas del estrecho a veces me río un poco y bebo para pasar estos ratos. Estos ratos que son los mejores desde hace un tiempo. Estos ratos de paz, en donde soñamos que estamos en la tierra que queremos estar.
La idea de que todo tiene que ser digitado con movidas de Kasparov, empieza a no cerrarme. Pero no porque no sean dignas de ser intentadas, sino porque no jugamos en un tablero de 2 granos de arroz a la 64. Esa perfección cuadrangular de la que no me puedo escapar ni para tomar un café, esa que sé bien, me va a hacer fallar más de una vez.
Sin embargo, aun tengo mucho que decir, y aun con la mente en blanco, totalmente acalambrada de sentido, intentaré descifrar qué es.
Un Gin en una sola noche tiene que valer algo más que solo la resaca, como la precisa y certera palabra que le ponga nombre al exacto milímetro vale mucho más que éste.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Algún día seré claro.

Masterizar la mezcla me está costando bastante. Por lo pronto, es el primer diciembre que no es un quiebre simbólico. Es un quiebre real, y que casi puedo tocar.
Ni navidad, ni año nuevo, ni el día de los inocentes... soy yo. Hoy soy yo. 
Supongo que tardaré en escribir. No tengo inspiración... las ideas sobran, pero faltan las palabras, aunque a alguno pueda causarle gracia.
Seguro que mañana voy a brindar por las únicas dos que me faltan todos los días. La una que me falta por ley de vida, y la otra que me falta por la mierda del mundo y de las reglas del puto azar. Desde que no estás, algo en mi se cayó al piso y se astilló hasta más no poder. 
Pero hoy, me enciendo por los que no están, y pienso en caminar como un ejército de un solo hombre sin que nadie pueda pararme.
De todo lo que hice mal, voy a rescatar un par de cosas. Esas que me hicieron hijo profano de los dioses, esas que me hicieron hermano del amor, esas que me hicieron querido de mis queridos, esas que te hicieron hablarme tiernamente cuando no lo merecía. 
Pensando bien en hoy... se me dibuja una sonrisa que me sonroja... pero sonrisa al fin. Pensando en hoy, es que se que tengo mucho más de lo que podría pedir.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Mono de... (to be continue)

Mujer, si puedes tu con dios hablar,
pregúntale si yo alguna vez,
te he dejado de adorar...

(...)

Otra vibra, otra energía, otro sentir y otro espejo en donde me miré y me miro hoy. Caminito es como un libro de "elige tu propia aventura". Cutre lugar si los hay, con poco encanto y un vórtice en alguna parte que hace que cada vez que salgo de ahí, algo sea diferente. Por ahí evoca mística por el nombre; pero yo he estado ahí, en caminito... y no hay mística. 
Continuar... tardo mucho en leer las señales... lo se y deberías saberlo (me facilitaría todo mucho más). Que me muero por no pasar de todo esto, está claro... es evidente, estoy acá y no pienso parar. 
A veces, cuando me paro un segundo a mirarte, siento oscurecer al mundo que está al rededor... y estoy menos solo... y no estoy solo. 

martes, 20 de diciembre de 2011

Caminito (al costado del mundo)

Todavía no hay nada condensado en el vidrio de mi cabeza. Por eso tengo que escribir ya, ahora mismo. Nunca jamás di lecciones y así, jamás esperé que me las dieran. Pero es que si hay alguien lo suficientemente hábil como para entender una lección, no se si haya tantos alguienes como para compartirla con el corazón en carne viva.
Ayer me arrodillé y te pedí Paqui, que me mostraras la salida, que me ayudes. Tan atrás vengo siempre, que no me di cuenta de que hacía rato me habías ayudado, que hacía rato tenías la situación resuelta, como quien hace un laberinto y conserva el mapa.
Sin gritar, sin agresión y con la sonrisa más hermosa del mundo, me desarmaste pieza por pieza. Yo esperando cualquier cosa, menos lo que hubo, y vos dándome cátedra de cómo se quiere de verdad a alguien. Hacía mucho que no desenredaba un nudo en la garganta para no llorar, un nudo tan fuerte y que cada vez se me aprieta más.
De lo más puro, de lo más noble me apareciste para dejarme helado. Me apareciste para decirme que no estoy tan solo como parece, y para hacerme el mejor regalo que nadie pudo hacerme nunca. Para regalarme un poco de amor. Un poco de amor del de verdad.
Y vos, te vas a quedar en mi corazón como la otra cara de una moneda que va girando por el aire; como los dos faroles que solamente con la insinuación de una pupila descubren qué piensan los otros dos; como un ladrillo más que se resiste a serlo, y que solo piensa en comerlos (a los ladrillos).
El miedo es mal consejero, y no soy más que lo que soy. La fuerza para ser transparente, esa que nunca pensé que me fuera a faltar, nunca estuvo.
Los 24 me encuentran con toda una gama de puertas que pude haber abierto para hacer las cosas mejor, y eso me mata, me mató. Pero también me encuentran sabiendo que te encontré, sabiendo que te quiero, y sabiendo que no me siento tan solo.
[... Y aunque no sea una declaración de amor, conmigo te quedas, Mogollón.]

domingo, 18 de diciembre de 2011

Sal

Todos tienen algo para decir. Hablar es gratis, hablar es adictivo, hablar es eso genial que nos vino a pasar justo a nosotros. Tenemos siempre algo importante que decir, o que callar; porque evidentemente igual grado tiene hablar que callar ante la posibilidad de no hacer cualquiera de las dos cosas. 
Hablamos para decir, para decir lo que pasa, para decir las cosas. Hablamos para tratar de sacar la verdad de ese lugar oscuro en el que la pusieron, de ese cajón al cual no llega la luz y no podemos iluminar porque la caja de Tres Patitos se humedeció y no prende ningún fósforo. 
¿Y no pensás que si todos hablan una verdad que no es la tuya, tendrías que replanteártelo todo? Pobre imbécil que tilda de locura a la pasión, pobre ingenuo que habla de soberbia frente a la vehemencia. Nadie debería hablar sin estar convencido de sus palabras, nadie debería callar sin estar convencido de que así debe proceder. Si hablás, hacelo con pasión, y que cada célula de tu cuerpo se encienda letra tras letra, palabra tras palabra. Errar nunca estará tan justificado como cuando se lo hace con la espada de la pasión y la entrega vehemente. Si callas, si eres esquivo, hazlo convencido de un proceder tan digno de imputación como el usar la palabra. 
Nunca dejes que te callen sin ideas, ni que te arranquen palabras sin voluntad, porque el que habla o calla usa la misma herramienta. 
Dominar el silencio, dominar el habla, son tareas para todos los días, en las que probablemente fracasemos una y otra vez. Pero la lucha está justo en medio, puesto que ni es correcto hablar todas las veces, ni tampoco callarlas. 
Pedir perdón es fácil, es gratis, pero es un vicio. 

viernes, 16 de diciembre de 2011

Adormecer a la bestia.

Las condiciones del pájaro solitario son cinco. 
La primera, que se va a lo más alto; la segunda, que no sufre
compañía aunque sea de su naturaleza;
 la tercera, que pone el pico al aire; la cuarta, que no tiene 
determinado color; la quinta que canta suavemente.

(San Juan de la Cruz, Dichos de luz y amor)

Un mundo que no es el mío, y que sin embargo es mío. Y alimentar leyendas y erigir edificios de mente, ¿para qué? Nadie sabe lo que quiere. La programación está dada y no hay como saltarse, no hay como desatar la galleta.
Hay un costado del corazón, un costado donde está la bestia, que me hace acordar a vos. Un costado que está ciego y que sin embargo, vive mirándome fijamente con los ojos del juez más cruel. 
He corrido lo más lejos que pude, lo más rápido que pude y la bestia no se ha cansado. A diario se alimenta de lo poco que me queda. La siento en los ojos, y la oigo en cada pálpito. 
Alguna vez tuve la esperanza de que fuera otro nuevo amanecer. No lo veo probable.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Take him by the hand, make him understand.

Nena no quiero perderte, no pases de todo... que no está tan mal
Yo no me caí del cielo, pero si de un barco triste nena
Nena hay mucho olor a gato, nena no quiero perderte
...si quieres puedes apostar
Nena, hay alegrías y alegrías
Hay mucho vino malicioso y poco vino del mejor

(Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota)

El peso de todo, una serie de luces. La vida camina en mi espalda, te busco y hablamos mientras te encuentro. Explosiones del cielo y fuegos graves. Caminas con la delicadeza de una bailarina sobre la lluvia... te me acercás y me decís sin hablar... me decís todo y para siempre.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Paqui

Nun pendello que hai xunto a un camiño,
unha noite de xiada naceu, un meniño pequeniño,
que parece do Ceo caeu...
¡Imos rapaces, cara Belén,
pói-lo Mesías din que vos é,
.... corramos todos bicarlle o pé...!

En los cuatro vientos que atraviesan y susurran en mi camino, escucho tu voz haciéndome escuchar distinto. Y es que a veces uno no es tan listo, si no le han dicho las cosas obvias. Mi mano es una estrella fugaz de tu mano, mis ojos son dos espadas determinadas antes de haberse forjado, a cortar la precisa línea necesaria. El precio del legado es personal, y sin embargo no pesa más que saber cierta la oportunidad de no haberlo tenido. Con hambre genial, sin haberle sentido el frío a la muerte... con el alma fuerte, he de proseguir delante... hemos de proseguir hasta olvidarnos de hablar. 

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Corazón en venta.

...and then I go and spoil it all by saying something stupid like I love you...


A veces uno está solo. A veces no. Cuidado compañero, dijo Vinicius en sabias palabras cortas… y no se a quién me trato de figurar en tan absorto plan macabro. Uno no puede dejar de ser lo que es, y por ahí vine a aprender eso. El problema es que las elucubraciones se me van, se me pierden en un punto al cual no deseaba llegar, al cual no quise nunca jamás arribar, no quise, no quiero.
Estoy lejos de todo, y eso implica estar cerca de nada. A veces me gusta jugarme engañitos, pero no es así, estoy lejos y eso no cambia. Me gusta lastimarme evidentemente, y por eso estoy allá, buscándole una vuelta. Una vuelta que no existe. No me das igual, nunca me diste igual. Pero al parecer no es suficiente. Al fin y al cabo nunca fue suficiente nada para todo lo que quise. Por mucho que me cierre, que digas lo que siento me enciende, me hace ir y volver al otro lado e incinerar todo lo que pienso. Tal vez mañana sea otro nuevo amanecer y ya no quieras saber de mí. Será toda una no novedad, porque la vida me tiene acostumbrado a estar solo. Nadie obliga a nadie, nadie induce a nadie… nadie quiere a nadie, según parece. Espero quererme un poco algún día.  Estaré pensando en mí, estaré pensando en quien me ame. 

jueves, 17 de noviembre de 2011

Mogollón.

El problema es que se bien como se llama esta historia. La lluvia afuera, el sol y el frío, conmigo. Mis pies nunca se movieron de lugar, dejando pasar un derredor que creí dominar con indiferencia. El tiempo es eso que está entre las piedras y nosotros… solo le alcanza un momento para encontrarnos y ponerse a jugar y a reír.
En el crepúsculo de  mi alienación, en la oscuridad, la ternura hostil y remota de dos luceros, que gravemente distorsionaron todo, sin que yo mismo lo supiera... Mi retina vio lo mismo… y no era. Y no te quise y nunca te vi. Cinco minutos tardé en saberlo todo, y nunca supe nada.
No somos más que gente, y no me gusta creerlo, no me apetece. Creo fielmente en los problemas, y en el poder sanador de una cama de una plaza, que incómoda hasta ella, explica que la distancia es suicida, pues está allí para recordarnos que no existe.
La metafísica se me mezcla con perfume y con unas lagrimas que jamás creí llegar a ver caer.
Tu nariz o la mía, el alcohol, gritaban algo que ninguno quería decir. Pero ahí estaba, ahí estuvo, y junto al frío y el sol aquí se quedará conmigo. Y aunque no sea una declaración de amor, conmigo te quedas, mogollón. 

jueves, 20 de octubre de 2011

El despabile

Despertar  no es sencillo. Sobre todo teniendo en cuenta que aun despiertos, la materia gris parece susurrarte al oído en tono burlón, que el coma continúa.
La realidad está allí afuera, nosotros… aquí, adentro. ¿Qué clase de loco puso el pentagrama de la realidad al alcance de nosotros, los niños del universo?
Verdades absolutas… ¡sí que las hay!; existen allí donde nuestra sensibilidad comprende la lógica del azar.
Reconocer esta nimiedad nuestra, nos da pie a la bravía del contendiente que se sabe muerto y eterno, nos inviste con la nobleza del sabio cuyas palabras tienen otras bocas, y nos arma con la prudencia de un padre que sabe bien que su vida vale más en casa que en la arena.
El que reflexiona, obligado está a hacer reflexionar. Para quien no crea en las casualidades, basta saber que su ojo crítico no es casual… dejo lo demás a su valoración. Y para quien piense que va atado a su destino, y que nada puede hacer para cambiarlo, comprenderá que está llamado a influir en los demás… reflexionar el cómo, es cosa privada.
Ver el cambio como singular y bello en sí mismo, absorto totalmente de medida, no grande, no pequeño, solo esencial.
Y sobre todo, respetar esa esencia. El que ríe de la esencia, no encontrará motivación última, puesto que aquella es la puerta del camino que comienza.
Sin ella, sin la esencia, la búsqueda de la verdad, de esa brizna común entre nuestros ojos y la realidad, se vuelve redundante.
Mañana será otro día, habrá sol y mucho por lo que despertar.

domingo, 2 de octubre de 2011

Las vicisitudes del Ser

Los pensamientos se me pierden como espiral adentro de mi mate galleta, amargo y verde como solo mi mate sabe estar para mí, cuando necesito del escape. Y amargo tras amargo pienso en lo que me viene dando vueltas y  me asusta tener tan claro. ¿Es que la sensibilidad nos es inherente? ¿O será que somos demasiado cobardes como para no entregarnos a los brazos de esa dulce dama inteligible?
La sensibilidad se dice de nosotros, por referencia al entorno. De ese entorno, los otros forman parte. La conexión es importante, dicen, para la sensibilidad, puesto que no puedo ser sensible a un algo con el cual no he conectado, de lo cual no he percibido su esencia.
Así las cosas, se me vuelve la pregunta a la cabeza y me pregunto por todas esas sensibilidades humanas que no son. Todas esas farsas montadas alrededor del propio miedo a experimentar lo que el otro experimenta: dolor, tristeza, la muerte.
Pienso entonces, y será motivo de revisión –mate mediante- más tarde, que hay una única posible sensibilidad. La sensibilidad del lado profano del espíritu. La del amor.

domingo, 25 de septiembre de 2011

La Plaza Mayor

Un buen día como hoy, después de haber caminado por la ciudad de piedra casi una hora y media, me desperté sentado y me dije: ¿en qué momento pasó? ¿cuál fue el día en que me desperté y estaba acá?
Miré un rato hacia el cielo, cruzaba un avión, de esos que dejan estela y después me dispuse a reir tranquilamente y pedir mi habitual caña. Iba ya como por la mitad de ésta, cuando concluí que necesitamos parámetros. ¡Por favor como me aterran los parámetros! Es como un tabú mental que me juego, una sancadilla, una gambeta psíquica que quiero repetir eternamente. Noticia hoy como a las seis y media de la tarde: no se puede. Aunque suene desepcionante no lo es. En efecto, supongo que será un paso mas en algún tipo de reflexión bizantina, como acostumbrado a hacer estoy, y eso me da un aire de satisfacción; casi altivo para conmigo mismo. Me miro de arriba, me discrimino por ignorante, me excluyo y vuelvo a entender que me soy absolutamente necesario. Ya pasada media caña más, y dejando la esquizofrenia atrás me reencuentro y me amigo para hacer una especie de pacto o tregua, y como tengo cerebros de esos que predicen las cosas con la única finalidad de decirte “yo sabía” cuando ya han pasado pero jamás de los jamases hacer algo antes de que sucedan, me traiciono.
Supongo que seguiré un rato hasta que alguno de los dos se aburra.

martes, 20 de septiembre de 2011

Vicios de sapiencia


Las condiciones del pájaro solitario son cinco. La primera, que se va a lo más alto; la segunda, que no sufre compañía aunque sea de su naturaleza; la tercera, que pone el pico al aire; la cuarta, que no tiene determinado color; la quinta, que canta suavemente.
                                                                                      (San Juan de la Cruz, Dichos de luz y amor)



Nunca dejes que te gane comodidad. Si estás sentado, levantate; si llegaste, volvé, y si volviste… si volviste picá billete rápido; si todos te dicen lo grandes que son tus logros, sabé que el pie todavía queda chico para aplastar el Kilimanjaro. Encendé el par mil, hay miles de ópticas por descubrir y sumar a tu siempre razonable razón.
Cuando los huequitos del sillón ya están acomodados, es tiempo de pegar el salto.
Aconsejaría suma cautela con el sartriano pensamiento de ser reabsorbido por el sistema, puesto que no es necesario buscar estar fuera de nada, ni dentro. El siervo siempre lo será si no aprende que hasta de la libertad, se es exclavo.
Siempre es necesario un mañana con los pies al camino que lleva a algún lugar, donde nadie nunca ha trazado ruta, y donde las cartas no muestran los bancos.
El misterio nos hace sentir vivos. Vivos como el gato y su curiosidad y afán de multiplicar las 7 por otras más.
En esta, la fabulosa orquesta de la cual no conocemos bien al director, ni sus señales y órdenes, estamos llamados a dar en la nota. Pero… ¿quién está afinado?.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Estracto del 9/9/11

...uno puede dormirse, anestesiarse tanto que no pueda sentir cuándo está feliz. Uno puede llegar a tal nivel de vagancia espiritual, que ni siquiera tenga la fortaleza para hacer aquellas cosas que mejor y más alimenten su alma.

sábado, 30 de julio de 2011

Reflexiones con Pilin (no se puede vivir de la música)

La reflexión de hoy es sencilla. No todos, pero algunos tienen, tenemos, tendremos por siempre, el gran anhelo de "vivir de la música". Sencillamente imposible, contradictorio, horriblemente venido de una dimensión paralela a la cual no pertenecemos. Todos pueden vivir de la música (no, no estoy borracho); basta ver productores, diseñadores, gente que entiende de sonido, grandísimos comerciantes!. Todos pueden vivir de la música, salvo los músicos. Esa raza de nabos que hasta hacen canciones expresando cuánto quisieran, desearían vivir de la música.
Señores, es tan contradictorio como pelear por la paz, o garchar por la virginidad. Imposible, cero nada, naranjas dulces.
Breve especie de silogismo: "Dado que el trabajo le da a uno de comer, debe trabajar para ello, ergo, si no trabaja usted muere. Dado que uno muere si no trabaja, está obligado a ello y odia el trabajo, todos odiamos el trabajo. Dado que se pretende que la música nos de de comer, ergo la música es un trabajo. Dado que la música es un trabajo, todos odian la música". Señores, nadie odia la música, y si existe tal ser, debería ser golpeado hasta que le guste (la música, no ser golpeado). Conclusíon, no se puede vivir de la música.

Agradecimiento especial: The Pilin Expirience.

lunes, 11 de julio de 2011

Prior Nos


¿Cuán triste estarías si supieras que tu seso es errado? ¿Cuánto puede preocuparte mi exiguo interés al respecto? El embelesamiento de tantas cuestiones complejas, como descifrar un sueño que nos gusta creer profético, me desveló y obligó a pensar unas horas de anoche.
No quiero afirmar que todo eso que ni siquiera pensás, sino que previamente opinás, pueda llevarte por mal camino, no. Quia... a veces tengo ganas de gritarte que la señal va para otro lado... pero yo -que no soy cinéfilo- vi en una esclarecedora película que “tiene que haber de todo”. El error entonces, he de concluir, que está en quienes intentan ir contra lo que “es”.
Para no andarme por vericuetos discursivos solamente propongo que si las cosas “son”, deben definitvamente serlo de algún modo, de alguna manera... “forma”, creo acertar.
Entonces, ¿dónde está nuestro márgen para tener razón? En el devenir. En efecto, puede ser uno una cosa, u otra, y objetivamente -por más que la llamemos distinto- será una única cosa. Nuestra grieta aparece en el “hollywoodesco” cómo. Ese cómo, te va a decir que en ninguna dimensión paralela puedo creer que tu fórmula es mejor que la mía, y que en el sentir de los caracteres blandos, nace el conformismo que arropa a cada brick en cada wall.
No estoy dispuesto a pintarme de naranja, ni a tener cemento en mis hombros.
No creo en gente simple.
No voy a ser un refugiado en una arista del mundo, solo porque haya piratas de la materia gris detentando el poder tirano.

sábado, 7 de mayo de 2011

Fireworks


Hoy es el día. Hay tres maneras de tomarse la vida, dejando a un lado la soda. Uno puede correr como un tren deteniéndose en las estaciones que le indica su recorrido (confeccionado por algún experto en recorridos); también puede esperar tanto en el éter que su destino mismo se le quede dormido, y hasta él, su destino, tenga problemas existenciales y sienta que no llega a ningún lugar en especial, por nada especial; y puede uno intentar sopesar la delgada, delgadísima e imperceptible línea media.
De eso, hago culto. No es por pedancia que uno lo dice, sino porque intenta acercarse a ello, no evitando a veces (recurro a la expresión en bis) hacer uso del kit volquete.
Se me ocurre que podría haber relación entre la línea media, o como prefieran llamarle y los extremistas. ¿Sería errado predicar que uno lleva al extremo el afán por caminar en medio? Si alguien encuentra contradicción lógica (formal o material), que me avise, no hallo tal. Aseguremos pues, que no hay tal falla de razonamiento.
Viví de manera ambivalente, corrí como un tren, y dejé que el vacío me invadiera hasta desorientar al destino. Hoy, como el psicoanalista que despierta por cuenta regresiva, llamo suavemente a mi designio para que comience a despertar.
Y como he dicho antes, será todo un nuevo albor.

domingo, 1 de mayo de 2011

Reflexiones aisladas


La calidad de las cosas se va perdiendo. A veces uno se representa miradas, voces, cosas… y no son. Expectativa de un buen mate amargo y no mucho más; cuánto que vale la guita si hace que me pongan frente a vos. Que insulsa se vuelve si sirve para llenar algún vacío inmaterial.
Empezar a caminar es sencillo: pie derecho, pie izquierdo, pie derecho, etc. Mi senda, esa que no he siquiera imaginado, pero que es solo la mía, tiene un par de señales ya escritas, marcadas. Al menos las que me salvan de las curvas peligrosas para no hacer uso del kit volquete. Aunque a veces, he de confesar, debo escorar el fin de semana.
Entre tantas cosas, tampoco puedo evitar que estamos a un tiempo de cumplir un tiempo de que te volviste mi little wing, aunque ahora lo hago sabiendo que ya alcoholicé lo suficiente la herida. Deberías ver, sin embargo, cuánto me pesan algunas cosas.
Sobre la verdad, también estuve pensando un poco. No demasiado, porque temo caer en psicosis o patologías que no se bien cómo se llamen. Pero si creo tener claro por qué uno pierde el idealismo y se deshace de personajes innecesarios al momento de buscar el bien. Pero, como siempre, me falta la fría práctica, puesto que todavía tengo resabios de mediocre. Habré de quitármelos; confío en ello.

miércoles, 27 de abril de 2011

Die barra Die


De los retorcidos tres puntos de obsesión con que empiezo mis retorcidas querellas sinápticas, solo queda uno.
Ayer leía el único libro que puedo soportar hace ya un tiempo, porque en algunos momentos uno solo soporta lo que hecha luz sobre las cosas. No necesariamente la verdad, porque no siempre necesitamos de ella.
Nadando río arriba me pregunto cual pez frente al señuelo, ¿si fuera hacia arriba todo esto, intentaría bajar? Suelo refugiarme en ello. En esa gilada de salmón rosado que va contra algo. No se me escapa que de ser así, solo encontraría razón de existir en oponerme a algo.
“la humildad del mendigo hace que baje la cabeza frente a quien intuye, tiene más nivel que él, pero exige lo mismo hacia quienes considera que le son inferiores; sin embargo el guerrero no baja la cabeza ante nadie, pero tampoco deja que nadie la baje frente a él, en eso consiste su humildad”. El pasaje me deja atónito, casi intuyendo una reflexión. Siempre pensé que la gente normal necesita de los extremistas, y hoy lo vengo a confirmar.
No hay un ramillete de normales y aparece un extremista a exceder su categoría. Existen extremistas, luego, gente que no se acerca ni por asomo al extremo.
De todas formas, a todas luces y a todas horas, todo parece indicar que el único que se jode por extremista, es en efecto, el extremista.
Parece también haber algun mensaje subliminal con una dicotomía importante: “se normal, pero no dejes de aspirar al extremo”, o algo por el estilo. Pienso que sería una buena forma de dominar a alguien, manteniendo su vida bien contenida y dejándole la esperanza encendida; ¿resultado?: el hombre promedio.

lunes, 21 de marzo de 2011

Vasayo

 

Tiene el imperio un verbo, que no conocen los vasallos; lo dominan los tiranos y lo ocultan a su clero. Hay piedad en la desdicha, y hay perdón en los cimientos. Se fortalece la fortaleza y se escandaliza el titiritero. Los actores se abarrotan en las huestes del misterio; se cuestionan los filósofos, y se atreven los libreros. Odian los niños la oratoria. Los monjes saben sus acentos. El leproso a hurtadillas aprovisiona su sustento. Hay un miedo que relincha; hay un par de ovejeros. Sobreabundan los juglares del mercado y del infierno.
No conozco tus acciones. Nada entiendo de tu verbo; sólo leo titulares de juglares y libreros. Me revelo de impotencia por la sombra del leproso; me someto sin más dogmas a los dogmas del monasterio; subestimo a los infantes que sonríen al hipócrita; me recluto en la ignominia del destino de mi pueblo, y le aplaudo al titiritero la mofa por las ropas del tirano.
No me preguntes por aquél verbo, yo tan sólo soy vasallo. 


Gabriel Mauricio Avalos Abuin.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Y que te invada el vacío.

Te irás lejos, tanto como para que no pueda verte. Pero harás ruido, tanto como para que yo lo escuche desde aquí y puedan llenarse de lágrimas mis ojos al pensar en vos.
Se encuentran algunos caminos de la vida, que no me seducen demasiado. Estupefactos ante el brillo, pares y pares de iris ven la luz naciente de un río bastante turbio como para disimular su cauce.
En el mundo de lo heróico late la desazón de un rey sin reino, en una tienda de coronas.
Estoy lo suficientemente estupefacto como para detectar cualquier movimiento que haga. He de aguardar...