sábado, 7 de mayo de 2011

Fireworks


Hoy es el día. Hay tres maneras de tomarse la vida, dejando a un lado la soda. Uno puede correr como un tren deteniéndose en las estaciones que le indica su recorrido (confeccionado por algún experto en recorridos); también puede esperar tanto en el éter que su destino mismo se le quede dormido, y hasta él, su destino, tenga problemas existenciales y sienta que no llega a ningún lugar en especial, por nada especial; y puede uno intentar sopesar la delgada, delgadísima e imperceptible línea media.
De eso, hago culto. No es por pedancia que uno lo dice, sino porque intenta acercarse a ello, no evitando a veces (recurro a la expresión en bis) hacer uso del kit volquete.
Se me ocurre que podría haber relación entre la línea media, o como prefieran llamarle y los extremistas. ¿Sería errado predicar que uno lleva al extremo el afán por caminar en medio? Si alguien encuentra contradicción lógica (formal o material), que me avise, no hallo tal. Aseguremos pues, que no hay tal falla de razonamiento.
Viví de manera ambivalente, corrí como un tren, y dejé que el vacío me invadiera hasta desorientar al destino. Hoy, como el psicoanalista que despierta por cuenta regresiva, llamo suavemente a mi designio para que comience a despertar.
Y como he dicho antes, será todo un nuevo albor.

domingo, 1 de mayo de 2011

Reflexiones aisladas


La calidad de las cosas se va perdiendo. A veces uno se representa miradas, voces, cosas… y no son. Expectativa de un buen mate amargo y no mucho más; cuánto que vale la guita si hace que me pongan frente a vos. Que insulsa se vuelve si sirve para llenar algún vacío inmaterial.
Empezar a caminar es sencillo: pie derecho, pie izquierdo, pie derecho, etc. Mi senda, esa que no he siquiera imaginado, pero que es solo la mía, tiene un par de señales ya escritas, marcadas. Al menos las que me salvan de las curvas peligrosas para no hacer uso del kit volquete. Aunque a veces, he de confesar, debo escorar el fin de semana.
Entre tantas cosas, tampoco puedo evitar que estamos a un tiempo de cumplir un tiempo de que te volviste mi little wing, aunque ahora lo hago sabiendo que ya alcoholicé lo suficiente la herida. Deberías ver, sin embargo, cuánto me pesan algunas cosas.
Sobre la verdad, también estuve pensando un poco. No demasiado, porque temo caer en psicosis o patologías que no se bien cómo se llamen. Pero si creo tener claro por qué uno pierde el idealismo y se deshace de personajes innecesarios al momento de buscar el bien. Pero, como siempre, me falta la fría práctica, puesto que todavía tengo resabios de mediocre. Habré de quitármelos; confío en ello.