domingo, 23 de abril de 2017

Soul sacrifice

Subió a los más altos filos de las más altas montañas. Todo se estremece, la ira y la bestia corren y la tierra tiembla, ya no hay invocación. Tomó lo que quedaba de sí y lo ofreció a los dioses hambrientos. Pero estos no parecían tener efecto… — ¿esto es todo?— preguntó. Meditó durante largo tiempo sentado en donde yacía la corte de los arboles, aguardando su juicio, intrigado por el ruido de la brisa en las hojas. La mañana se hizo tarde y la tarde noche y siguió allí hasta que el frío le rebanó los ojos y debió adentrarse en la oscuridad, en el conocimiento que se consume en detalles y escapa como agua entre las manos.

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