martes, 25 de abril de 2017

Meniño pequeniño

Las constelaciones de las cosas y el tiempo. Las especies de recuerdos que me aprietan fuerte el cuello. A veces me hace falta esa sabiduría gallega, que hablaba de plantar fuego, que melancólica recordaba carros a las cuatro de la mañana, que para los grandes problemas tenía sencillas y obvias soluciones… sanadoras de todo mal.
Si un brío te hiciera respirar, si la luz te hiciera verme, ¿qué dirías? En una única vuelta de página pasó tanto, fuimos tanto, soñamos tanto. A veces me pregunto solo si quiero todo esto, si aún sabiendo de la oscuridad de todos desde hace tanto, es razonable seguir viviendo. ¿Cuál es esa pesada lección que estas queriendo mostrarme?
Los planes austeros de mi pasión intransigente son una tortura desde que te fuiste. La escurridiza verdad se vuelve más hábil a medida que me vuelvo más sabio. Es directamente proporcional. Los mitos engañan a los idiotas felinos que necesitan más tiempo, que requieren más paciencia, que solo buscan franelas para sentirse importantes.

No he sido caprichoso. Jamás. Me he cuidado solo y por eso mi memoria está entrenada, está ávida de justicia. Pero si un brío te hiciera respirar, y la luz te hiciera verlos, ¿me dirías que transito el camino de la verdad? ¿Me darías un consejo sencillo que apacigüe todo esto, mis ansias, mis dudas, el amor? 

No hay comentarios: