“No
pidas consejo a los elfos, pues te dirán al mismo tiempo que sí y que no…”
Si tan solo en
un minuto te atrapara. Y caer errantes en el vacío inmenso de la clave de los
días, casi hasta no querer verte más. Si fuera todo eso posible, y también el
precipicio de tus ojos, y la osadía de tus labios, y la carrera psicótica de
tus manos; todo eso posible en el sórdido frío temprano de la primera nevada.
El espejo de tu
amor, el oxido de tus técnicas y tu pelo suelto. Nada como tu épica de la
conquista, que reclama su trono a cada gesto. Afueras oscuras me hacen
enloquecer, perder todo de vista. Pensar que sigo resolviendo encriptados
mensajes de hoy, conmigo, que siempre soy ayer. Dame tu mano, que si te
atrapara en un minuto, bajo algún árbol, te susurraría el sol al oído, te
besaría con la suavidad de la brisa.
Alcánzame un
minuto tu atención. Caminará por los techos la felina presencia de la
felicidad. Al pisar la tierra descalzo presentiré tu perfume, trayéndome
recuerdos de la mañana, que no acabará, que será sublime a ultranza. Todo el
tiempo te perderé en la espesura, aunque esa no sea mi fresa negra, aunque
todo el cuadro tenga manchas de emoción, y aunque la vida dentro de la vida siga esfumándose.
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