Hubo un momento en el que pensé que eras perfecta. Pensé que todos tus deseos solo se correspondian con los mios.
Hubo un momento en el que solo queríamos hacer el amor mirandonos a los ojos, sintiendo que habíamos encontrado a un alma perdida, aferrandonos con fuerza y fiereza, como queriendo abrazarnos el espíritu.
Todavia tengo en la retina la luz tenue, el contorno de tu piel y de tus labios carnosos. De tu mirada, que reflejaba la luz del farol que brillaba en la calle y que para iluminarte me pedía a gritos que corriera un poco la ventana.
Hubo un momento en el que me conmoviste hasta las células, y en que cada espacio que dejabas vacío mi mente lo completaba con luces de mis alucinaciones. Hubo un momento, un fugaz momento en el que pensé que eras perfecta.
Y ahora pienso, que quizas mis dias son mas grises y mi piel ya no es apetitosa para tu piel. Pero aun así, solo la memoria de ese fuego entre dos angeles parece ser bastante para mi.