domingo, 27 de mayo de 2012

Ansiedad

A veces la tranquilidad se trata solamente de frenar la inercia que celosamente conseguimos en nuestra sinapsis, aunque no siempre es así. Hay algo que se va corriendo, rápido y escurridizo todos y cada uno de los días en que me despierto y el cerebro conecta. A punto de verlo todo el tiempo, sé que anda por ahí y hasta parece manejar mi tiempo en un océano saturado, color pienso mucho y no hago nada.
La tormenta azul nerviosa que a veces trato de calmar cansando al cuerpo, para que el cerebro no tenga asiento cómodo para ponerse a maquinar sus extraños planes de insomnio que me lanza todas las noches desde aquella noche, se viene cada vez con más alertas. De todas formas tengo que reconocer que ya no me atrinchero tanto a pensar a plazo fijo, y miro un poco mas el sol, disfruto del olor a pasto recién cortado y me cuelgo los ojos en un cielo ilusionista.
No controlas las aves, y no... ningún día lo harás. Solamente tengo un par de riendas y pedazos de algún viejo manual para saber como no enloquecer con lo que no puedo manejar. No siempre es sano tratar de husmear constantemente en el futuro... A veces conviene dejarlo que venga como se le ocurra, porque como sea, habré de adaptarme, habré de estar mucho mejor.

No hay comentarios: