sábado, 13 de octubre de 2012

Indio deja el mezcal


La receta anti agobio de una tarea sencilla, que no puede salir mal, hecha no tiene competencia. Es fácil estar tranquilo cuando uno tiene suficientes razones y ningún moro parece amenazar ninguna costa. Esos instantes en que parece que alcanzas ese algo, esos que duran dos minutos dos quintos y que después mirando por la ventana como llueve hacen que te desesperes como si se te escapara la gallina, no se a donde... esos instantes, son crueles. 
Insensatez... cantada en bossa queda tanto mucho mejor... hubo un tiempo en el que no sabía que estaba entrando en donde no debía... hubo otro más adelante, en el que lo intuí y hay hoy un tiempo en el que se que meto la pata con la claridad de una premonición en una mañana de nieve sórdida y así todo, no freno. 
Debe de haber algo de patológico en todo eso, debe haber algo de morbo y una cereza de hollywood haciéndome creer que maduro. 
Creo que me empujaron tan fuerte que pasé de largo demasiado rápido demasiadas cosas. Y pienso que al whisky definitivamente lo inventó alguien con el culo lleno de preguntas. Ni con una minipimer se procesan tantas cosas juntas.



No hay comentarios: